Aseguran que el tiempo empezó a correr en contra para las FARC
El conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) volvió a ocupar las primeras planas después de que el ex congresista Oscar Tulio Lizcano, quien permaneció cautivo durante más de ocho años, consiguiera fugarse del campamento en donde permanecía cautivo junto con el jefe guerrillero que lo custodiaba.
Eso obligó a replantear un análisis sobre el estado de situación de la guerrilla en ese país, y en ese sentido, el analista político experto en temas militares Alfredo Rangel aseguró que «esta fuga representa un nuevo golpe moral muy duro para la guerrilla porque es la primera vez que el jefe de un frente deserta y ayuda a liberar a un secuestrado» . En esta línea, señaló: «Esto va a generar mucha inquietud en el interior de las FARC».
Al ser consultado en diálogo telefónico con lanacion.com sobre si este último episodio representa un signo de la posibilidad real de que las FARC sean aniquiladas, el director de la Fundación Seguridad y Democracia subrayó que «no es una posibilidad inmediata o de mediano plazo, dado que la guerrilla en Colombia tiene una gran capacidad de resistencia, conoce el territorio y lleva más de 40 años en la selva de este país». Sin embargo reconoció que «lo que es importante destacar que nunca como ahora se había debilitado tanto la guerrilla colombiana, y a esto se suma que es un debilitamiento absolutamente irreversible».
«La guerrilla está en una situación muy calamitosa en términos de comunicación de sus comandos, y a esto se agrega un constante hostigamiento por parte de las fuerzas militares que les han bloqueado sus canales de apoyo logístico. Con esto han logrado mantener a muchos frentes en estado de precariedad y desabastecimiento», destacó Rangel, quien fue asesor presidencial en materia de seguridad y defensa entre 1994 y 1996.
«Para la guerrilla el tiempo ha empezado a correr en contra, y su única salida es aceptar la negociación con el estado colombiano que lleve a su desmovilización».
En relación a si la huida de Lizcano afecta o no la liberación de otros rehenes, este reconocido analista colombiano, autor de varios ensayos y libros sobre el conflicto armado que atraviesa su país desde hace décadas, reconoce que «la liberación de los otros rehenes es, desafortunadamente, algo muy poco probable en el futuro inmediato, porque el intercambio humanitario ha salido de la agenda política nacional después de la liberación de Ingrid Betancourt».
«Recientemente no ha habido contactos entre la guerrilla y el gobierno para considerar esa posibilidad, así que por lo pronto su liberación depende de dos factores: del éxito de las operaciones militares que posibiliten un rescate de algunos cautivos y de que la presión que realice el ejército induzca a algunos guerrilleros a huir de sus propios frentes y a colaborar con las liberaciones», concluyó.
