Canciller de Ecuador dice que su gobierno acompañará «todo proceso de diálogo» en Venezuela
La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, insistió en que su país acompañará «todo proceso de diálogo» en Venezuela, donde, en su opinión, hay una situación «compleja».
La titular de la diplomacia ecuatoriana subrayó en la televisión Teleamazonas que la Constitución de su país habla de la no injerencia en asuntos internos de otros Estados y del respeto a la soberanía.
«Obviamente hay una situación compleja en Venezuela. Ecuador ha señalado que acompañará todo proceso de diálogo», comentó la ministra de Exteriores.
Señalo que el Gobierno de su país «no cree en sanciones unilaterales» ni en «actitudes prescriptivas que dictan lo que un país tiene que hacer o no».
Asimismo, opinó que el espacio de la Organización de Estados Americanos (OEA) «no es el adecuado para ventilar estas dificultades».
Recordó que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) estableció una comisión de tres expresidentes que han estado trabajado en Venezuela «en silencio, con bajo perfil, intentando acercamientos, un diálogos, tanto con la oposición como con Gobierno venezolano, como corresponde», dijo.
Añadió que como países «hermanos y vecinos» de Venezuela tienen que apoyar y facilitar los puentes de diálogos entre ambas partes y, además, prestar el apoyo al ser requerido.
Según la canciller, una misión de observadores de Ecuador participará en el proceso del próximo domingo en Venezuela convocado por el presidente Nicolás Maduro, para establecer una Asamblea Constituyente.
Desde Caracas se informó que numerosos comercios mantienen sus persianas bajadas y muchas calles siguen cerradas al tráfico en Venezuela por ciudadanos que exigen la renuncia de Maduro.
Hoy se celebra la segunda jornada del paro de 48 horas convocado por la oposición.
El próximo 30 de julio los venezolanos están convocados a las urnas para elegir a los más de 500 miembros de una Asamblea Nacional Constituyente que redactarán una nueva Constitución y que tendrán facultades para reordenar el Estado sin que nadie pueda oponerse.
