Casos de violencia de matiz político crispan el ambiente electoral en Italia
La paliza a un miembro de la postfascista Forza Nueva y la cuchillada a un joven que pegaba carteles del partido de izquierdas Poder al Pueblo ocurridos en las últimas horas han vuelto a crispar el ambiente electoral en Italia ante los comicios del próximo 4 de marzo.
El primer episodio fue la paliza que le propinaron al secretario provincial de Forza Nueva, Massimiliano Ursino, en el centro de Palermo un grupo de encapuchados que le atacaron, le ataron los pies y las manos y le golpearon con bastones.
Las investigaciones de la Policía de Palermo se están centrando en los ambientes de la ultraizquierda y antisistema de la ciudad, según explicaron en una nota.
A primeras horas de la mañana se conocía que un militante de 37 años del partido Poder al Pueblo fue agredido y recibió varias cuchilladas en las piernas y en la espalda mientras estaba pegando carteles en la periferia de Perugia (centro de Italia).
El estado de salud de Ursino y del militante de Perugia no es grave, pero las agresiones han vuelto a crear crispación en las campaña electoral después del ataque de un ultraderechista a varios inmigrantes en Macerata.
En un comunicado de prensa de Forza Italia de Palermo de hace unos días se denunciaba el clima de «intimidación» contra el partido después de una pasada agresión a otro joven y lo achacaban a la próxima visita a la ciudad del secretario general del partido, Roberto Fiore.
A estos episodios se sumó la pintada con la frase: «Muerte a las guardias» junto con una esvástica y una runa que aparecieron hoy en la lápida conmemorativa situada en el lugar donde fueron asesinados cuatro escoltas durante el secuestro del líder de la Democracia Cristiana (DC) Aldo Moro en 1978.
«El odio político que está devorando el país se está cociendo desde hace tiempo. No esperemos más, no esperemos el muerto para acabar con todo esto», escribió en Twitter tras estos episodios el líder del nuevo partido Libres e Uguales (LeU) y presidente del Senado, Pietro Grasso.
La también miembro de LeU y presidenta de la Cámara de los diputados, Laura Boldrini condenó el atentado al exponente de Fuerza Nueva y pidió que «los violentos no usen el antifascismo para justificar sus acciones. El antifascismo es una cultura de paz».
Ursino acusó en una nota en Facebook de su «intento de homicidio» a Boldrini, Grasso y otros exponentes de LeU por «haber desencadenado una campaña de odio» hacia su movimiento y sus militantes
Uno de los representantes del Partido Demócrata en Sicilia y viceministro de Sanidad, Davide Faraone, pidió a la política «bajar el tono» y aseguró que el Ministro del Interior, Marco Minniti, ha considero el episodio «una señal de alarma» que no se puede menospreciar.
