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Educación universitaria vuelve a ser gratis en Chile luego de 35 años

Aliviados por evitar millonarias deudas y emocionados por un futuro más próspero, los primeros jóvenes que estudiarán gratis en Chile en más de tres décadas se matriculaban este martes en un ambiente festivo, al concretarse la primera parte de una ansiada reforma educativa.

Sin el peso de hipotecar su futuro, el complejo proceso de matrículas se vivía como una fiesta este año en la Universidad de Santiago, una de las principales universidades del país, donde el 63% de sus estudiantes nuevos lo harán gratis gracias a la reforma educativa implementada por el gobierno de Michelle Bachelet.

«Realmente es una emoción y un alivio para mi familia, porque pensar en entrar a la universidad y pasar todo el proceso que hay que pagar y los siguientes años de carrera, que son muy pesados económicamente, siempre puede generar problemas y preocupación en la familia», relató a la AFP Humberto Tapia, quien se matriculaba para ingresar a estudiar Ingeniería Comercial.

A su lado, su madre, Elsa Ahumada, lo miraba con orgullo y emoción. A diferencia de Humberto, debió costear con gran esfuerzo los estudios de sus dos hijas mayores.

«Cuando supe que él tenía la gratuidad fue un alivio. Yo lo pasé con mis dos hijas mayores y a las dos les tuve que pagar la universidad y lo vivimos muy complicado; lo pasamos mal como familia», relata a la AFP.

«Por eso ahora cuando supe que mi hijo tuvo la gratuidad, lloré de emoción y alegría», agrega.

En años anteriores, los estudiantes sin recursos y sus familias debían comprometerse en esta instancia a pagar onerosos créditos para pagar los altísimos aranceles que cobran las universidades chilenas. Otros simplemente desistían de hacerlo.

«Lo que cambia es la forma en que las familias se disponen para enfrentar este proceso, ya no están con esa carga económica», explicó a la AFP Patricia Pallavicini, vicerrectora académica de la Universidad de Santiago.

Un largo camino

Tuvieron que pasar 35 años e intensas jornadas de protestas sociales para que nuevamente estudiantes chilenos volvieran estudiar gratis.

En 1981, la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) dictó una Ley Orgánica de Educación que posibilitó la creación de universidades privadas y desmanteló la educación pública. Desde esa fecha, ningún estudiante universitario chileno pudo volver a estudiar gratis, debiendo recurrir a créditos y becas para financiar sus estudios.

Bajo la consigna «Educación pública, gratuita y de calidad», tres décadas después miles de estudiantes chilenos se volcaron a las calles para exigir acabar con el sistema educativo heredado de la dictadura.

La socialista Bachelet escuchó los reclamos y, bajo la promesa de instaurar la gratuidad universal en un plazo de seis años, volvió al gobierno en marzo de 2014. Pero, en medio de una fuerte baja en su popularidad, resolvió adelantar el beneficio para los estudiantes más pobres a partir de este año.

Son ellos precisamente los que esta semana se matriculaban en las 30 universidades -estatales y privadas- que se acogieron inicialmente al programa de gratuidad, que a nivel universitario beneficiará en total a unos 26.700 alumnos de primer año que de otra forma no hubieran podido estudiar o hubiesen tenido que endeudarse por años para hacerlo.

 

Otros 20.000 alumnos que ya habían ingresado a la universidad y habían obtenido becas o créditos también serán beneficiados por la gratuidad este año.

El principal requisito para acceder a la gratuidad es pertenecer al 50 % de la población con menos recursos según la escala socioeconómica, lo que supone familias cuyos ingresos no superen los 180.000 pesos mensuales (unos 250 dólares) por persona.

Las universidades deben cumplir determinados requisitos, principalmente de nivel académico para acceder a la gratuidad, aunque también pueden mantenerse al margen del sistema.

En las próximas semanas, el gobierno de Bachelet debe ingresar al Parlamento una nueva ley de Educación Superior que debería hacer extensivo el beneficio a todos los estudiantes chilenos.

En esa misma línea, Bachelet remarcó el lunes que la gratuidad universitaria «es un derecho, no un regalo».

«La educación es un derecho que tenemos que garantizar a toda la sociedad», reafirmó la mandataria socialista el martes, al reunirse con algunos de los primeros estudiantes que volverán a estudiar gratis en Chile.

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