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Piden absolución del cura español que filtró secretos vaticanos «presionado»

La defensa del sacerdote español Lucio Vallejo solicitó este martes su absolución en el proceso por divulgar secretos del Vaticano, un delito que él mismo ha confesado pero aduciendo que lo hizo en un clima de amenazas y presiones.

La abogada de Vallejo, Emanuela Bellardini, solicitó la absolución de su cliente en su alegato final ante el tribunal de primera instancia del Estado de la Ciudad del Vaticano, que instruye este caso desde el pasado 24 de noviembre.

En la audiencia del lunes, el promotor de justicia (fiscal) había pedido para el cura español la pena de tres años y un mes de reclusión, de los que ya ha cumplido casi nueve mediante una serie de medidas cautelares de privación de la libertad de movimiento.

Los hechos sucedieron durante el funcionamiento de la extinta comisión investigadora de asuntos financieros de la Santa Sede (COSEA), de la que Vallejo fue secretario y de la que proviene la mayor parte de la información filtrada y posteriormente divulgada.

El sacerdote español está acusado de dos delitos: el de divulgación de secretos y el de asociación para delinquir, ya que según la acusación actuó junto a sus colaboradores del COSEA y también imputados Francesca Chaouqui y Nicola Maio.

La abogada de Vallejo defendió la tesis de que en este caso no se pudo incurrir en dicho delito asociativo debido a que Vallejo vivía inmerso en «un clima de amenazas» procedentes de la propia Chaouqui, al parecer frustrada al no haber logrado un puesto en la Santa Sede.

Este fue el motivo por el que, según la defensora, Chaouqui empujó a Vallejo a pasar información a los dos periodistas que completan la lista de imputados del proceso: Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, autores de los libros que recogen estos datos.

En este clima de supuestas amenazas también participó, de forma indirecta, el propio marido de la imputada, Corrado Lanino y la abogada leyó un mensaje en el que este invitaba a Vallejo a ofrecer un trabajo a su mujer porque estaba «furiosa».

El marido también aludía «a los muchos contactos» a los que Chaouqui podía recurrir ya que uno de los presuntos temores de Vallejo era la vinculación de ésta con el mundo de los servicios secretos.

Por otro lado leyó un mensaje de la propia imputada hacia el español, en el que le emplazaba a dejar de hablar de ella en las cenas a las que asistía el cura, al que se dirigía aludiendo a su presunta homosexualidad y llamándole «gusano», entre otras cosas.

«Las presiones demuestran que no había una asociación criminal. Yo solo veo a una persona sometida por otra», dijo la defensora.

Dimes y diretes

En cuanto al delito de divulgación de material clasificado, Vallejo ya ha confesado haber pasado información entre abril y julio del año pasado pero la letrada recalcó que no se trataba de material novedoso.

Tras la alocución de la abogada de Vallejo fue el turno de la defensora de Chaouqui, Laura Sgrò, que basó toda su estrategia en demostrar que su cliente era «totalmente ajena» a los hechos imputados y que en ningún momento presionó al sacerdote.

Por ello solicitó para la ex relaciones públicas la absolución de los cargos «con la mayor y amplia fórmula liberatoria posible».

Sgrò lamentó que su asistida ha sido víctima de un «metaproceso» auspiciado por la prensa y por las continuas especulaciones sobre su vida e instó al Colegio de Jueces a no basar su sentencia en esto.

Durante sus casi tres horas de requisitoria, destacó que «lo que emerge de manera cristalina es que el único que mantuvo contactos con los dos periodistas fue Vallejo» y leyó algunos mensajes entre este y Nuzzi para describir «la excesiva relación» entre ellos.

La abogada leyó algunos mensajes de «Whatsapp» entre Vallejo y Nuzzi en el que se hacían bromas, expresaban su afecto mutuo e incluso se mandaban mensaje con dibujos de corazones.

En estas comunicaciones fijaban citas en distintos lugares, sobre todo hoteles, y en un mensaje al parecer Vallejo dice que «las copias están listas».

«Se le veía muy amenazado al monseñor», reclamó la abogada irónicamente.

Además en estos mensajes Nuzzi tildaba a Chaouqui de «loca» y de «bipolar» por lo que, según la tesis de la abogada, para el periodista «Vallejo valía mil veces más, porque además era un monseñor, estaba dentro» de la Iglesia.

«Vallejo trata de atribuir presiones para justificar su comportamiento ilícito», dijo la abogada, quien además consideró que si algo hizo mal su cliente fue presentar al cura a los dos periodistas, aunque en su opinión Vallejo ya tenía claras sus intenciones en ese momento.

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