El enredo opositor, por Xabier Coscojuela
Por Xabier Coscojuela
La Mesa de la Unidad Democrática está demostrando, nuevamente este año, que adolece de unidad. El último episodio que da cuenta de las reuniones sostenidas con representantes del gobierno de Nicolás Maduro es otra demostración de lo que decimos. El triunfo del 6D se les subió a la cabeza a algunos y lo que fue un gran avance les hizo perder la brújula.
El enredo comenzó por las dos breves y repentinas visitas que hicieron algunos de los mediadores internacionales. En particular genera muchas suspicacias entre dirigentes y parte de la población opositora la presencia del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Tal vez ello tenga que ver con que es miembro de un partido socialista, lo que ya para algunos lo descalifica. Los otros dos exmandatarios que participan de este esfuerzo pasan por debajo de la mesa.
Ese rechazo a Rodríguez Zapatero va desde Henrique Capriles Radonsky hasta cualquier vecino de cualquier parte del país. Lo que no se entiende es por qué entonces la MUD como ente unitario lo aceptó como mediador, al punto que terminó conociéndose que fue propuesto por uno de los partidos opositores para que integrara el grupo mediador.
Este último episodio se parece al que se escenificó cuando se produjo la primera reunión en República Dominicana. Alguien filtró aquel encuentro y los más puros de entre los puros en la oposición salieron a cuestionarlo y a lanzar cualquier tipo de sospechas sobre dichas reuniones.
En esta oportunidad no fue diferente. La semana pasada María Corina Machado escribió un tuit señalando que “Conmigo no cuenten si se acuerda el referéndum revocatorio para 2017”. Esa frase se presta a muchas interpretaciones, en particular a la de que algunos sectores en la oposición se pusieron de acuerdo con el Gobierno para posponer el revocatorio.
El enredo aumentó cuando unos negaban cualquier encuentro y otros como Enrique Márquez y Henry Ramos Allup reconocieron que sí se habían producido reuniones. El primero dijo que se había avanzado bastante pero no se podía revelar nada y el segundo aseguró que todo versaba sobre las condiciones que colocará el Consejo Nacional Electoral para la recolección del 20% de las firmas del registro electoral necesario para activar el referendo revocatorio.
Las discrepancias no eran solo entre militantes de partidos distintos, sino hasta integrantes de una misma organización. El alcalde de El Hatillo David Smolansky se sumó al coro de los detractores de Rodríguez Zapaterio y aseguró que el español planteó la libertad de Leopoldo López a cambio de suspender el revocatorio. Lilian Tintori, esposa de López, negó lo dicho por el alcalde.
Desde el Gobierno no perdieron la oportunidad de intrigar y meter cizaña. Primero fue Jorge Rodríquez quien dijo que se habían producido dos encuentros, después el propio Maduro reveló el nombre de los representantes de la MUD en esas reuniones, lo hizo con un tono que daba a entender que estos dirigentes estaban cometiendo algún delito.
La MUD por fin emitió un comunicado donde reconocía los encuentros y reiteraba que en los mismos el objetivo había sido buscar las condiciones para la realización de un referendo revocatorio. Agregando que dichas reuniones se dieron sin la participación de los mediadores internacionales. Este comunicado llegó tarde y no se le puede aplicar eso de que es mejor tarde que nunca. Hay que ser oportunos.
Los integrantes de la MUD deben volver a retomar el camino de 2015 el cual comienza por reunirse y discutir, debatir y acordar –con el mayor consenso posible- las acciones que vayan a adelantar. Las agendas personales deben ponerse de lado. Deben tener en cuenta que la inmensa mayoría de los venezolanos quieren resolver esta situación de manera pacífica.
El venezolano lo dice en las encuestas y lo reitera cuando es convocado a votar. La violencia, los extremos no tienen mucho eco. Las posiciones de todo o nada tienen pocos seguidores. Hay que aislarlos y actuar con valentía asumiendo que el diálogo y la negociación es necesaria y lo mejor para Venezuela. Eso sobre todo hay que hacerlo con transparencia sin olvidar que el otro lado no actúa de buena fe.
