¿Jefe para no mandar?, por Xabier Coscojuela

Por Xabier Coscojuela

El pasado lunes 11 de julio en una alocución transmitida en cadena nacional de radio y televisión el presidente de la República Nicolás Maduro anunció la designación del ministro de la Defensa general Vladimir Padrino López como el jefe de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro, agregando que todos los ministros tendrían que reportarle al militar, lo que dejaba al vicepresidente de la República como un jarrón chino aun ejerciendo el cargo.

Esa decisión generó un sinfín de comentarios, análisis y vaticinios sobre el futuro político del país. Hay quienes aseguran que el presidente Maduro le entregó el poder a Padrino y que comenzó la transición en el país. Como si lo anterior fuera poco y abonando esa tesis, el jefe del Estado no asistió a los actos que se celebraron el domingo 24 de julio en Maracaibo, para conmemorar la batalla naval del Lago, actos que fueron encabezados por el ministro de la Defensa.

Ahora bien, la conducta mantenida por el general Padrino durante estos 15 días que tiene dirigiendo la referida misión no da a entender que esté sustituyendo a nadie. Si alguien se encarga del poder no lo hace para mantener las mismas políticas de su predecesor. Es cierto que el lapso es corto, pero alguna diferencia debía haber marcado ya. Hasta ahora el general no ha demostrado tener nada nuevo en la bola.

Lo que sí es evidente es que el prestigio de la Fuerza Armada Nacional está en juego. La solución a los dos más grandes problemas que padece el país está en manos de militares. En materia de seguridad el ministro de Relaciones Interiores es el general Gustavo González López, y el abastecimiento del país está ahora en manos del general Padrino López.

Las encuestas de opinión revelan que entre los venezolanos la valoración de la FAN ha caído de manera importante en los últimos años. No podía ser de otra manera pues desde que asumió el poder el expresidente Hugo Chávez la presencia de militares en funciones de gobierno se incrementó notablemente y la grave crisis que vive el país, generada por las malas políticas públicas puestas en marcha por la “revolución”, tenían que salpicar a la FAN.

La inseguridad sigue siendo un grave problema, el último plan para enfrentar el delito está siendo un nuevo fracaso el cual viene acompañado con importantes violaciones a los derechos humanos, tal como reconoció la fiscal Luisa Ortega Díaz y ha denunciado José Vicente Rangel y varias ONG entre ellas Provea.

Las acciones desplegadas hasta ahora por Padrino nos indican que comparte el diagnóstico gubernamental sobre las causas del desabastecimiento. Dijo que había que poner disciplina, cuando en realidad lo que hace falta es cambiar un modelo que no ha funcionado en ninguna parte del mundo. Con represión no va a mejorar la economía.

Las inspecciones de puertos, fábricas y fincas pueden servir para dar la imagen de que se quiere hacer algo, pero lo que realmente hace falta es seguridad jurídica, respeto a la propiedad privada, coordinación con el Gobierno, establecer claras reglas macroeconómicas, poner al producir al país, pues ahí está el problema no en la distribución sino en la producción.

No sabemos cuál es el pensamiento de Padrino sobre la economía. Hay varios generales que mientras ocuparon altos cargos no discreparon públicamente de las políticas económicas del Gobierno, pero una vez dejaron el servicio activo se han manifestado en contra de la estatización de la economía y a favor de la participación del sector privado. Son los casos de Raúl Isaías Baduel, Miguel Rodríguez Torres y Cliver Alcalá Cordones.

Tal vez Padrino coincida con ellos. Dejarlo claro sería una señal cierta de que quiere modificar el actual estado de cosas. Seguir las mismas políticas que se han adelantado todos estos años solo le llevará al fracaso. Si de verdad encabeza una transición de gobierno esto se debe confirmar con acciones. De lo contrario contribuirá con el hundimiento del país y de la FAN.