Pizarro: El político atípico dentro de la acción política
El diputado de la Asamblea Nacional por el municipio Sucre, Miguel Pizarro, a diferencia de sus compañeros de la generación del 2007 inició en el movimiento desde su primer año en la universidad, «fui parte del centro de estudiantes y miembro de la Federación», siendo así el más joven, por lo que además es descrito como el «político atípico. Stalin me decía la cuota de tierra de nadie por los tatuajes, siempre decían que yo era la cuota de los malabaristas de los roqueros de los ‘punketos’ de todos los que nunca se habían metido en política, de la federación».
La política ha corrido por sus venas desde muy pequeño. Con padres políticos de izquierda y luchadores de los Derechos Humanos, Pizarro siendo estudiante de bachillerato fundó el movimiento antimilitarista “Ni casco ni uniforme”. Más tarde entre el 2006 y 2007 ingresó al movimiento «La Unidad 77» encabezado por Stalin González, que buscaba el rescate de la Federación de Centros Universitarios.
Involucrándose luego en las actividades de protestas por el cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV), «mi escuela de Comunicación Social en la UCV fue una de las primeras junto a la UCAB en iniciar protestas por la libertad de expresión».
«Tuve la oportunidad de vivir experiencias hermosas en marcos muy difíciles, coyunturas como las del comedor, cada vez que lo paraban tuvimos que aprender a cocinar en esos hornos y aprender a distribuir la comida en los cafetines. Creamos los comités de usuarios de transportes y fortalecimos los comités de usuarios de becas», contó el también dirigente de Primero Justicia.
«Somos la generación que rescató el voto»
Asimismo, confesó que le debe a la Universidad Central de Venezuela lo que es hoy en día, profesional y personal. «La universidad me enseñó a persuadir, a organizar. La universidad me enseñó que la elección no se gana ese día sino antes y que si yo quiero reclamar derechos políticos primero tengo que ganarme el derecho a que otros me escuchen».
Aseguró que para movilizar a la universidad entorno a la política nacional como líderes «primero teníamos que pelear becas, transportes, asuntos internos que nos dieran la legitimidad de ser sus dirigentes y luego convertirnos en unos referentes políticos de calle en tiempos en los que nadie creía en la política. Somos la generación que rescató el voto».
Anécdota
Recordó como en el 2007, mientras ellos apostaban al voto, mucha gente quería apostar a la desobediencia «decían que no había que legitimar el proceso. También habían políticos que nos ponían la mano en el hombro y nos decían: vayan a hacer campaña a ver si lo logran».
Aseguró con una sonrisa que el día que ganaron nadie podía creerlo, ni ellos mismos, «fue la única derrota que tuvo Hugo Chávez».
¿Cree usted que los hechos del 2007 le sirvieron de plataforma para ser diputado?
– Uno en la política tiene que aprender a separar la labor política de los cargos que uno ocupa. En mucho tiempo el político se ve amarrado al prefijo, entonces esa costumbre de que le digas, diputado, alcalde, gobernador y cuando no los tienen no sabe hacer política. Yo quiero ser útil y desde muy joven decidí que mi rol en esto era ser útil desde el lugar que fuera, a mí la universidad me enseñó a ser útil.
Para Pizarro los políticos deben ser integrales, y deben entender que el cargo es circunstancial, «lo único que perdura en el tiempo es lo que uno hace en la práctica y el hecho concreto sin importar el cargo que uno tiene».
«Soy un amante de mi oficio»
Considera que la política en su vida no ha dejado «valoraciones negativas» por el contrario se describe como un «amante de mi oficio. Lamentablemente los politiqueros nos lo dañan mucho». Señaló que lo único que podría mencionar como negativo es que se «convirtió en un obsesivo de la política y dedicar todo mi tiempo y todo mi esfuerzo a poder generar los cambios que nuestra generación merece».
«Somos los que pasamos por la universidad con dificultad para soñar qué pasaba después del aula magna y el título. Somos los que pasamos por la universidad viendo como imposible tener una casa, un carro, una familia, un espacio emancipado sin depender de la familia y nuestro deber como generación es que los que vengan después de nosotros, que cuando tiren la toga y el birrete no lo hagan pensando en Maiquetía sino sabiendo que tienen un buen trabajo, que cuando tengan un sueldo sepan que eso les va a permitir vivir, desarrollarse y tener familia», manifestó Pizarro.
Siendo uno de los diputados más jóvenes hace un llamado a esos venezolanos que se han ido y a los que todavía siguen en Venezuela, «vale la pena creer que en estas circunstancias lo más revolucionario, lo más insurreccional, lo más disruptivo que podemos hacer es estar convencidos que este país puede ser historia».
