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Por fallas en el servicio de agua han suspendido dos veces las clases en la USB

Jesús Barreto – @alavistadetodos

El éxodo de profesores, la deserción estudiantil, el déficit presupuestario y las interrupciones académicas por irregularidades en los servicios han marcado el presente trimestre en la Universidad Simón Bolívar (USB).

Esta semana un corte en el suministro de agua, ocasionado por la falta de mantenimiento en la estación de bombeo Las Morochas de Baruta obligó a restringir las actividades presenciales. En lo que va de año esta situación ha afectado en dos ocasiones el desarrollo del periodo académico enero-abril en la sede Sartenejas de la USB; la anterior se registró a mediados de febrero.

 
La institución académica depende del suministro de Hidrocapital para su funcionamiento, debido a su ubicación, por lo que cuando el servicio es interrumpido por más de cinco días y son agotadas las reservas, las autoridades deben evaluar la continuidad de las clases dentro de la planta física y activar la modalidad estudio a distancia, que no es la mejor opción para todas las carreras, explicó Javier Silva, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad Simón Bolívar.

Silva detalló que esta semana las actividades se suspendieron solo por un día, luego de estar sin agua desde el viernes 2 de marzo hasta el miércoles 7 de marzo, pero la tensión por seguir en las aulas con algo de normalidad es latente, por problemas en otras áreas como el comedor.

“Es difícil mantenerse en la universidad si no hay las condiciones mínimas de salubridad. Estamos implementando un nuevo método para situaciones de emergencia, a través de clases virtuales, pero esto no se puede aplicar a todas las carreras, que por pensum requieren de prácticas de laboratorio, que no se pueden realizar si no hay agua”, expuso.

Debido a las constantes irregularidades en el servicio de la estatal hidrológica, estudiantes y profesores diseñaron el denominado Protocolo Rojo, medida de contingencia que restringe las actividades en el campus y que se activa cuando las condiciones mínimas de operatividad dentro de la infraestructura no están garantizadas.


Este problema se une al reducido presupuesto; el Ministerio de Educación Universitaria solo aprueba 30% de lo solicitado para el funcionamiento, el éxodo de profesores, cada vez más docentes abandonan las aulas por los bajos salarios y la deserción estudiantil, impulsada por la crisis económica.

Por esto representantes del Consejo Universitario han buscado alternativas para resolver la dependencia de Hidrocapital, con los pozos que se encuentran dentro del campus localizado en el municipio Baruta del estado Miranda, señaló Enrique Planchart, rector de la USB, mediante un comunicado enviado por correo institucional.
La matrícula aproximada en la sede de Sartenejas es de más de 4.000 estudiantes, pero esta cifra ha sido alterada por el sostenido abandono del estudiantado, sobre todo desde mediados de febrero.

 
Estudiantes esperan poder culminar el trimestre sin nuevos contratiempos, pues están próximos a iniciar las evaluaciones finales. Cada interrupción ha impactado notablemente el cumplimiento del cronograma, pues el lapso académico en esa universidad es de apenas 13 semanas.

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