“Tenemos un Estado que obstaculiza la prestación de servicios”
Cada día se reportan en todo el país decenas de protestas por deficiencias en la prestación de servicios públicos.
Según datos del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes, entre el sábado 10 y el domingo 11 de marzo se contabilizaron, solo en el estado Mérida, 28 protestas relacionadas con los continuos cortes de luz, informó Mayda Hocevar, directora del observatorio.
Para conocer las razones del declive sostenido de ese y otros servicios como el agua, telefonía y recolección de basura, se reunieron, la mañana de este martes, en el foro Servicios Colapsados, durante el programa de César Miguel Rondón en ÉxitosFM, José María De Viana, expresidente de Hidrocapital y Norberto Bausson, expresidente del Instituto Municipal Autónomo de Protección y Saneamiento Ambiental de Sucre (Imapsas).
De acuerdo con De Viana el origen del problema con los servicios públicos en Venezuela es el prolongado uso para fines políticos de las empresas encargadas de administrarlos y la sostenida desprofesionalización de la gerencia.
“Esto empezó hace mucho tiempo, cuando se colocó en puestos de gerencia de las empresas a personas solo por su filiación política y se fueron destruyendo las reglas gerenciales que se habían diseñado para hacer profesionalmente un trabajo complicado. Tenemos un Estado que obstaculiza la prestación de servicios”, expuso.
Crisis de credibilidad
El ingeniero civil, que ha ocupado varios cargos de gerencia en empresas públicas y privadas, hizo énfasis en la necesidad de promover la credibilidad como método para iniciar el saneamiento la administración de la operadoras de servicios en el país.
“El gobierno debe rescatar la credibilidad. Si no se acepta la magnitud de la crisis estamos lejos de resolverla. La falta de vedad en el manejo de la crisis ha llevado a una sucesión de individuos de muy bajo nivel para hacer su trabajo. Hay una obstrucción de la verdad y falta de transparencia, para informar a la gente y que tomen sus previsiones”, indicó.
Bausson coincidió en la ausencia de profesionalismo con la que se manejan asuntos públicos, que inciden directamente en su baja calidad.
“El problema está en cómo están conformadas las empresas, están diseñadas para que ninguna empresa funcione. El servicio público requiere de un gran esfuerzo, requiere de reglas, para que el Estado respete el trabajo de esas empresas”, señaló.
También agregó que dada la crisis económica el ciudadano se ve imposibilitado de contribuir con su pago a una optimización de la oferta.
“El efecto país hace que el ciudadano no pueda colaborar para la mejora de los servicios con el pago de tarifas adecuadas. En América Latina 1 metro cúbico de agua cuesta 1 dólar, es decir, 30 dólares al mes, en promedio, pagan los usuarios, pero el venezolano, con los sueldos que tenemos, no puede pagar eso”.
Los expertos aseveraron que la falta de planificación es otro de los males que se deben resolver, pues la demanda ha sido rebasada por el crecimiento previsible de la población, que exigía desde hace años el desarrollo de una infraestructura de los servicios apta.
