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Unimet: Nos encontramos ante un descalabro moral y educativo

El Consejo Académico de la Universidad Metropolitana se pronunció con relación a las graves circunstancias que vive el país, como resultado de la violación de los principios democráticos y los preceptos constitucionalespor parte de los órganos del Poder Público.

En este sentido, luego de una reunión extraordinaria, en la que este órgano académico se declaró en sesión permanente, fue emitida una resolución que contiene un manifiesto, a través del cual, la Unimet alerta que ya no solo el país se halla en un descalabro político, jurídico y económico, sino que “nos encontramos, también, ante un descalabro moral, científico y educativo”.

En el manifiesto la Unimet llama a la comunidad universitaria a salir “del recinto de nuestras aulas y claustros y activarnos para disminuir lo que amenaza con convertirse en brecha insalvable”.

“Las universidades no podemos postergar un minuto más el alzamiento de nuestras voces y mucho menos aceptar la sumisión como estrategia para sobrevivir; nos corresponde brindar herramientas para que nuestros estudiantes marquen el camino, que lo hagan transitable dentro de un país que necesita talento, motivación, innovación, coraje y principios, para la reconstrucción necesaria fundamentada en el desarrollo sostenible y el progreso”, concluye.

A continuación el comunicado íntegro:

El Consejo Académico de la Universidad Metropolitana en sesión extraordinaria N° 489 del 25 de octubre de 2016 y apegado a las disposiciones estatuarias y reglamentarias de esta Casa de Estudios

Considerando
Las graves circunstancias que vive el país como resultado de la violación de los principios democráticos y los preceptos constitucionales, por parte de los órganos del Poder Público que han de ser garantes de la paz social, afectando todos los ámbitos de la vida nacional y el buen desempeño de la vida universitaria.

Considerando
La necesidad de preservar la institucionalidad y la continuidad de las actividades académicas que son su razón de ser.

Considerando
La movilización nacional que amplios grupos de la sociedad venezolana han convocado para el día miércoles 26 de octubre, que limita el acceso de los miembros de la comunidad al campus universitario.

Considerando
El compromiso ineludible y la responsabilidad de la institución de conferir a los estudiantes los títulos a los que se han hecho acreedores, en la fecha y las condiciones previstas en el Calendario Académico y según el mandato de la Ley.

Acuerda lo siguiente:

Primero
Llevar a cabo los Actos de Grado en las fechas programadas en el Calendario Académico, los días 26 y 27 de octubre de 2016.

Segundo
Reprogramar para otras fechas las evaluaciones académicas previstas para el día miércoles 26 de octubre de 2016.

Tercero
Declarar en sesión permanente el Consejo Académico de esta institución.
Cuarto
Divulgar el siguiente manifiesto:

EL DESCALABRO EDUCATIVO DE LA REPÚBLICA
El Consejo Académico de la Universidad Metropolitana se dirige a la Nación bajo el impacto de las tan difíciles circunstancias políticas que se viven a finales de 2016, que han sido suficientemente explicitadas en resoluciones y comunicados emitidos desde la Asamblea Nacional, las Academias Nacionales, los Colegios de Abogados, la Federación de los Colegios de Abogados, múltiples ONG´s cuya esfera de acción es el área de los Derechos Humanos, la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (AVERU), los Consejos Universitarios, los Consejos de Facultades de algunas universidades, las Asociaciones de Profesores de otras, a cuyos contenidos nos adherimos plenamente. Pero más allá de tales circunstancias, es necesario expresar nuestros criterios ante todo como educadores y representantes de nuestras comunidades, en cumplimiento de la alta misión que nos ha sido encomendada. Habiendo sido ya descrito y juzgado por voces y grupos autorizados el descalabro político, jurídico y económico de la República, es menester señalar y añadir, que nos encontramos, también, ante un descalabro moral, científico y educativo. Es a este fundamentalmente al que nos referimos.

Es asombroso cómo el deterioro de los valores se ha agravado por la acción de un gobierno cuya característica ética es el doble discurso, que si por un lado habla de la paz y del respeto a los Derechos Humanos, por el otro fomenta con sus palabras y sus actos la violencia y la división de la sociedad y la familia venezolana; que si por un lado se ufana de su capacidad de represión, ésta, por otro lado, se encamina fundamentalmente contra sus adversarios políticos y deja desamparada la seguridad cotidiana de los venezolanos; que proclama el respeto a los derechos de todos los ciudadanos y, sin embargo, no tiene recato en proclamar por boca de funcionarios la discriminación contra todos aquellos que legítimamente se movilizan para encontrar una salida electoral a la crisis de gobernabilidad por la que atraviesa Venezuela.

Debemos proclamar y no meramente decir, que día tras día se nos hace más ardua la labor formativa en sí misma. Como docentes debemos estar al tanto de los avances del conocimiento humano y estar en capacidad de contribuir con él, continuar el proceso civilizatorio que hemos heredado de las incontables generaciones que nos han precedido, reconocer y recompensar adecuadamente el esfuerzo de nuestras comunidades universitarias, dar ejemplo de comportamiento íntegro y de respeto al derecho ¿Cómo hacerlo, si vemos negados hallazgos e instituciones que no son productos improvisados del momento? ¿Qué hacer cuando nuestros estudiantes nos preguntan constantemente sobre la relación efectiva entre lo que decimos en clase y la realidad? Ante este desfase no nos queda otra alternativa que salir del recinto de nuestras aulas y claustros y activarnos para disminuir lo que amenaza con convertirse en brecha insalvable. Hemos llegado a un estado de cosas en el que el conocer lo que realmente pasa en el país se ha vuelto subversivo, en que cualquier crítica a las políticas gubernamentales se ha vuelto riesgosa, aun la más inocua. De continuar esta situación, se profundizará el aislamiento del progreso científico y técnico del país, que ya se manifiesta en la penuria de nuestras bibliotecas, en la obsolescencia de nuestros laboratorios y equipamiento tecnológico, en el deterioro de la infraestructura universitaria, en la calidad de vida de los profesores, trabajadores y estudiantes, en la decadencia vertiginosa de nuestra producción científica y en la fuga de talentos asfixiados por la falta de perspectivas para el desarrollo de sus capacidades y saberes.

Las universidades no podemos postergar un minuto más el alzamiento de nuestras voces y mucho menos aceptar la sumisión como estrategia para sobrevivir; nos corresponde brindar herramientas para que nuestros estudiantes marquen el camino, que lo hagan transitable dentro de un país que necesita talento, motivación, innovación, coraje y principios, para la reconstrucción necesaria fundamentada en el desarrollo sostenible y el progreso.
Firmado:
El Consejo Académico

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