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Venezuela: La prensa bajo asedio

Cristhopher Borrero – Carabobo

@CristhopherB

Brindar cobertura mediática en Venezuela es cruzar un campo minado. El país está en la franja roja, dispuesta para coberturas difíciles, al ocupar el puesto 137 en el ranking de libertad de expresión de la ONG Reporteros Sin Fronteras; muy por debajo de países como Uganda, Afganistán o Zimbague.

Desde 2015 a la fecha se han registrado no menos de dos mil 421 alertas de violaciones a la libertad de prensa, de las cuales 789 son a causa del uso abusivo del poder del Estado, según datos computados por el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela.

Durante los últimos seis meses la situación se ha recrudecido. Hasta el 31 de mayo la organización Espacio Público ha contado 471 casos de ataques a la prensa y la cifra sigue en ascenso. Queda claro que ser periodista en la nación es una profesión de alto riesgo.

La violencia persiste, muta y se camufla. El pasado 23 de junio un chofer de autobús intentó arrollar al periodista José Rengel en la avenida perimetral de la ciudad de Cumaná, estado Sucre. El comunicador social cubría una protesta programa, cuando en dos oportunidades notó que el conductor del colectivo aventó su vehículo en su contra. “Era una tranca escalonada. Los manifestantes solo trancaban cuando el semáforo estaba en rojo. Yo estaba fotografiando la actividad y por suerte pude esquivar el bus que venía acelerando, pese a que el semáforo aún no cambiaba”, recordó.

Ser periodista es convertirse en un enemigo público, consideró Rengel. En lo que va de año ha sido retenido dos veces, le han intentado despojar de sus equipos de trabajo otras dos y ha sido amenazado al menos una vez. “Mi labor de prensa ha sido impedida como mínimo 10 veces en lo que llevo de ejercicio profesional. Las agresiones provienen de todos lados; desde sectores del oficialismo, oposición, organismos de seguridad o civiles”, sostuvo.

VENEZUELA-POLITICS-PROTEST

Periodismo desmantelado

El robo, confiscación, destrucción de equipos y material de trabajo son escenarios cada vez más comunes. Con la eliminación de la evidencia periodística se vulnera no solo el ejercicio de la profesión, sino que se cuestiona la credibilidad de los hechos retratados.

En proporción tres de cada 10 ataques a la prensa en el país tienen como objetivo desaparecer el material obtenido, de acuerdo a datos hemerográficos. Hoy día pocos medios tienen asegurado los equipos, a excepción de algunos medios audiovisuales, por lo que la desaparición o destruición del equipamiento suele representar un daño patrimonial prácticamente irreparable.

El periodista promedio recibe un salario de Bs. 110 mil, sin incluir bonos alimenticios. Un teléfono celular de gama media oscila entre los Bs. 800 mil al millón y medio de bolívares fuertes.  En teoría se requeriría unos 9 pagos salariales en su integridad para reponer este artefacto, sin estimar el aumento por incidencia inflacionaria. En el caso de cámaras profesionales y lentes las cifras pueden superarlos cinco millones de bolívares fuertes con facilidad.

Sin mayores opciones muchos periodistas quedan limitados al no reponer sus herramientas. Pese a que la mayoría de estos casos son denunciados no existen registros recientes de reparación de daños o compensaciones por los agravios.

Medidas inertes

El pasado 27 de mayo el Tribunal 11° de Control de Caracas acordó medidas “precautelativas innominadas” para garantizar la protección del libre ejercicio del periodismo en el país. La notificación fue efectuada a través de la cuenta de Twitter del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Dentro de los lineamientos ratificados por el tribunal se exaltó que los funcionarios de seguridad deben proteger “de manera prioritaria” las labores de los trabajadores de la prensa en coberturas informativas, según lo contemplado en los artículos 505 y 508 del Código Procesal Civil y en el artículo 518 del Código Órgano Procesal Penal. Sin embargo, no se han observado mejoras.

¿Medios como mordaza?

Informar es una labor incómoda incluso para los medios. Los periodistas no solo deben sortear el acoso de agentes externos, sino que en muchos casos soportan presiones internas. Hace dos semanas una serie de renuncias bajo presión se efectuaron en el diario Notitarde. Cuatro periodistas rescindieron de sus contratos por exigencia del medio.

La causa del acoso laboral fue descabellada, reveló una fuente que pidió anonimato. “Una periodista publicó en Instagram su justificación para no premiar al periodismo impreso en la región. En su exposición de motivos expresó que Notitarde no merecía premiaciones porque tergiversaba la información. Varios periodistas le dimos ‘Me gusta’ a la publicación. Días luego recibimos una llamada para negociar los términos de nuestra renuncia”, aseguró vía telefónica.

El 21 de enero de 2015 se confirmó la venta del afamado rotativo. Los rumores estaban a la orden del día. No obstante, poco faltó para que los cambios se notaran. El periodismo de denuncia fue progresivamente sustituido por una línea mucho más complaciente con el Gobierno. Hoy día se realiza un periodismo bajo tutelaje, es decir; el criterio de los periodistas es desestimado y sustituido por los intereses de la junta directiva, reveló la víctima.

Violación a la privacidad. “Una cosa es la política editorial y otra es el uso de nuestras redes personales. Sentí que hubo excesos en la empresa y finalmente abandoné el lugar. Desde antes de entrar sabía que debía apegarme a su línea editorial pero nunca pensé que llegarían tan lejos”, precisó el denunciante anónimo.

Ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas Foto EFEHegemonía comunicacional avanza

En Carabobo existen 37 medios de comunicación, de los cuales ocho son privados y 29 medios comunitarios; si se examinan sus contenidos se descubre que solo un medio es equilibrado, dos son críticos y 30 prooficialistas. Tal tendencia se mantiene a lo largo y ancho del país.

En el país existen unos 747 medios; 22 son estatales, 306 privados y 419 comunitarios. Pero de ellos solo 57 medios son críticos, 76 equilibrados, 196 permanecen inactivos y 418 conservan un corte oficialista.

El futuro de los medios de comunicación pende de un hilo. La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) continúa con el cierre sistemático de emisoras radiales y la suspensión de canales televisivos, nada más entre el 26 y 31 de mayo seis estaciones radiales fueron clausuradas en Barinas. Por otro lado un proyecto de ley para regular el uso de las redes sociales se acerca y frente a ello el periodismo se reinventa, sostuvo Carolina Isava, periodista y delegada voluntaria del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP).

La prensa resiste

Aunque el listado de males es largo hay cientos de razones para celebrar el día del periodista. La necesidad por brindar información oportuna ha abierto espacios no convencionales de difusión informativa. “Hay colegas que se montan en autobuses, arman noticieros en directos desde estaciones de metros y supermercados. El periodismo es la última línea de defensa de la democracia en el país. Los medios alternativos han permitido que los periodistas que no tienen restricciones laborales generen información libre y esa lucha incansable resume el espíritu de nuestra labor”, destacó Isava.

Nunca ha existido una luna de miel entre la prensa y los Gobiernos, mucho menos en crisis. La también aliada de Espacio Público recordó que el periodista es por excelencia un defensor permanente de la libertad de expresión, como derecho universal; misión que es solo posible a través del coraje y arrojo exhibido en los últimos tiempos.

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