Salud y Bienestar

Médico busca realizar en 2016 primer trasplante de hígado en niños en Panamá

Ahorrar un 50 % en el costo de un trasplante de hígado en un niño será posible en Panamá a partir de 2016, si se aprueba la iniciativa del especialista Leonardo Santamaría, un galeno panameño que con su propio esfuerzo se ha capacitado en esta práctica médica en España y Corea del Sur.

Santamaría, en una entrevista con Efe, dijo que en el Hospital La Fe en Valencia (España) y el Asan Medical Center de Seúl (Corea del Sur) realizó «200 trasplantes, de donante cadavérico y de donante vivo», con el fin de cumplir con el requisito legal panameño «de 50 trasplantes» para poder pedir permiso de realizarlos en niños.

Médico del Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social de Panamá -el único nosocomio estatal autorizado para la realización de trasplantes de hígado en adultos- con nueve años en la especialidad, aseguró que el país «está listo» para extender a los infantes estas complejas cirugías.

«El programa de trasplante de hígado en adulto empezó hace unos cinco años en Panamá, he participado en 30 de los 32 efectuados», especificó el galeno, quien dijo que en cuatro meses que estuvo en España y Corea del Sur participó en los 200 trasplantes porque en esos países son una práctica habitual.

Explicó que en la actualidad los niños panameños diagnosticados para trasplante, si tienen los recursos, pueden viajar a Colombia o Argentina, donde esta operación tiene un costo de entre 85.000 y 120.000 dólares.

A ello que hay que agregar el tiempo de permanencia, el seguimiento postoperatorio y los acompañantes, lo que lo hace más oneroso.

Pero en Panamá la intervención se podrá por unos 85.000 dólares, tres veces menos que el costo del tratamiento en Estados Unidos.

«Si logramos empezar el próximo año, el ahorro puede ser del 50 % para estas personas y para el Estado, porque si es un asegurado es su obligación, además que las familias dejarían de estar haciendo colectas o peticiones para poder sufragar el viaje», dijo.

Santamaría está entrenado en el trasplante de hígado y de páncreas, y en el tratamiento de la vía biliar, y además de su práctica en el Seguro Social atiende su clínica privada, CEHPB (Clínica Especializada Hígado, Páncreas, Vía Biliar).

Especificó que cuando no se puede efectuar un trasplante de hígado en el seguro social el único autorizado para hacerlo es el Hospital Nacional, privado, mientras que para los otros trasplantes (riñón, médula o cornea) hay habilitadas otras dos clínicas particulares en Panamá.

El especialista explicó que un cambio de hígado, sea de donante fallecido o de un pariente vivo, demora «unas diez horas, porque en realidad son tres operaciones: un equipo retira el órgano del donante, otro se encarga de hacerlo en el paciente receptor y el tercero se encarga de colocar el nuevo hígado».

«En el caso de un niño es más delicado porque hay menos espacio, los conductos son más pequeños, por eso se empieza con el trasplante en adultos», para adquirir la pericia en estas complejas intervenciones, explica.

Una ventaja de realizar las operaciones en el país es el seguimiento postoperatorio, lo que a veces falla cuando el paciente viaja al extranjero y regresa a su localidad, sobre todo si es de escasos recursos, perdiendo la vida por falta de continuidad en el cuidado.

Actualmente en Panamá hay una lista de espera para cambio de hígado de unas 15 personas, entre adultos y niños, causadas por cirrosis, por causas congénitas o tumores.

Los trasplantes comenzaron a regularse en los años 90 del siglo pasado en Panamá, empezando por los riñones, pero la ley se actualizó en 2010 para facilitar el de hígado, porque hasta ese momento no se podía hacer de donante vivo porque solo estaba autorizado para órganos pares (riñón, córneas o pulmones).

Actualmente, según la ley, todos los panameños al momento de fallecer son donantes potenciales, salvo que dejen un documento notarial que estipule lo contrario, o que los parientes directos presentes se opongan.

La donación de un cadáver solo puede realizarse antes de que pasen seis horas del fallecimiento porque luego de ese tiempo el deterioro natural invalida su uso para un trasplante, mientras que la donación de una persona viva está limitada por ley a los pacientes directos para evitar el tráfico de órganos.

También está regulada la edad del donante, que no puede ser mayor de 60 años, mientras que el receptor no puede tener más de 65 años por razones fisiológicas.

De acuerdo con el especialista, en Panamá el donante de hígado más joven ha sido una niña de 13 años que registró muerte cerebral por un balazo, y el de mayor edad de 57 años, que sufrió un derrame cerebral.

Santamaría hizo votos porque «pronto» se habilite la nueva Ciudad de la Salud, que está terminándose de construir en la periferia norte de la capital, porque en ella «por fin» se destinará un ala exclusiva para realizar trasplantes con todos los recursos modernos y camas requeridas

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