Análisis Vinotinto: Sin juego no hay paraíso

Casi 10 mil kilómetros separan a Venezuela de Rusia. Pasadas las dos primeras jornadas de las eliminatorias suramericanas, esa distancia parece aún mayor. La Vinotinto se marcha con las manos vacías, tras caer este martes ante una versión gris de Brasil, que, sin embargo, dominó a placer el partido disputado en Fortaleza.

Antes de que se cumpliera el primer minuto de juego se volvió a conceder un gol de los que llevan 20 años encajándose. Y ese tanto prematuro pesó una tonelada. En adelante, Venezuela jamás se encontró en la cancha.

Como ya ocurrió en el debut ante Paraguay, los criollos fueron un equipo muy largo en el campo, con mucha distancia entre líneas, erráticos en el pase y dubitativos en la defensa. Se pedía contundencia en las áreas, pero hubo más errores que ideas.

Los resultados no aparecen en el ciclo de Sanvicente (10 derrotas en 15 partidos, 27 goles en contra), pero quizá lo más preocupante es que el planteamiento del seleccionador nacional parece no cuajar en el plantel. Los ratos de buen fútbol durante la Copa América ya no aparecen y la involución es tan real como alarmante. No hay pressing, no hay juego. Y cada error, en la defensa o en el arco, mina cada vez más la moral de un equipo que poco a poco parece perder la fe.

El camino a Rusia es largo, pero se ha empezado con el pie izquierdo. Dos rivales que hoy no lucen como los más fuertes de la región han propinado sendas derrotas dolorosas en la moral y en las estadísticas. Una Paraguay ordenada y una Brasil pragmática han mostrado las falencias de la Vinotinto. En la próxima doble fecha, aparecen Bolivia y Ecuador; pero más allá de los rivales, el problema empieza en casa.