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USM ha expulsado 14 estudiantes por droga

Tras la reestructuración del departamento de seguridad de la Universidad Santa María (USM) a comienzos de julio, 14 estudiantes han sido expulsados por distribución y consumo de drogas, gracias a las labores de inteligencia que se han desplegado en la casa de estudios.

De los expulsados, la mayoría cursaba estudios en la Facultad de Derecho. Fueron sorprendidos in fraganti y no se dudó en sacarlos de la institución, detalló el vicerrector administrativo, Carlos Peña.

Ex funcionarios policiales de una empresa privada custodian ahora la universidad y aseguran que han logrado aislar al hampa que tenía azotados a los estudiantes desde hacía meses.

En días previos, dos sujetos que intentaron entrar por el área de carpintería tras forzar una ventana, fueron descubiertos por la seguridad y espantados rápidamente. Todos los accesos están plenamente controlados, con patrullaje constante a pie por los pasillos y en moto por las caminerías.

Cada vehículo y motocicleta que entra son chequeados por la seguridad interna, que también fue reforzada con la inclusión de más miembros.

Los transportes, uno de los temas más polémicos pues la mayoría de los robos eran ejecutados por ladrones que se subían aparentando ser estudiantes y luego atracaban en plena vía, también se han logrado controlar gracias al trabajo conjunto de la universidad con la Policía Municipal de Sucre.

La única posibilidad de ingresar a los transportes es portando el carnet estudiantil, con un vigilante que chequea a los jóvenes antes de subirse. Posteriormente, en la parada de La California, dos efectivos de Polisucre esperan que los muchachos se bajen.

También el Cicpc ayuda a las autoridades universitarias con rondas en las áreas externas en determinadas horas del día para evaluar cómo está la situación. Se prevé que más adelante se cuente con apoyo de unos seis a ocho efectivos de la Guardia Nacional desplegados con varias motos.

Se está creando una sala situacional con docenas de cámaras de seguridad que serán dispuestas en puntos estratégicos. Entre la planificación está desplegar una pantalla de 70 pulgadas que será dispuesta cerca del edificio administrativo para que los estudiantes vean los espacios que están siendo vigilados.

Todas las medidas fueron tomadas tras una suspensión de clases de cinco días a finales de junio luego que dos estudiantes resultaran heridos de bala durante un atraco en un transporte. La primera decisión que se tomó fue la contratación del comisario Frank González como director de seguridad.

El vicerrector administrativo, Carlos Peña, no consideró que se viole la autonomía universitaria al permitir funcionarios en la casa de estudios, porque no actúan por actos de represión sino por seguridad, para cuidar a estudiantes, profesores y trabajadores.

Peña también pidió colaboración a los estudiantes, que lleven sus carnets y haya respeto mutuo con los funcionarios presentes.

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