Economía

103 años del reventón de Zumaque I (o el precedente de una siembra que no fue)

En otras palabras la economía destructiva es aquella que sacrifica el futuro al presente, la que llevando las cosas a los términos del fabulista se asemeja a la cigarra y no a la hormiga, Uslar Pietri

La predicción se hizo realidad y es ahora nuestro presente. Si usted nunca leyó ese famoso texto, corto pero preciso y contundente, presentado en 1936 como un editorial en el diario caraqueño Ahora, cuya firma era nada menos que de don Arturo Uslar Pietri, titulado “Sembrar el petróleo”, no hay problema —aunque debió haberlo leído—. Todo lo que alertó el excepcional escritor e intelectual caraqueño en torno a los resultados de una política económica errada, centralizada en la industria petrolera, está frente a usted.

Es una paradoja extrema que luego de 103 años de la activación del pozo Zumaque I en el campo Mengrande, ubicado en el estado Zulia, el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo (300.9 mil millones de barriles de crudo) transite por una crisis política y económica, cuyas consecuencias pueden significar el colapso total de una mermada industria petrolera que por décadas ha sido el pilar y la palanca de la actividad económica de la nación.

Contexto

La producción petrolera inicial en el campo Zumaque I en 1914 fue de 264 barriles de crudo por día, según precisa el Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

Una publicación de ese centro de investigación refiere que el crecimiento de la industria petrolera introdujo las modificaciones más importantes en la composición de la actividad económica de Venezuela:

“El crecimiento de la industria petrolera empezó a introducir modificaciones significativas en la composición de la actividad económica. Para 1914, el peso de la actividad agropecuaria sobre el producto interno bruto (PIB) era cercano al 58%, diez años más tarde sería tan sólo equivalente al 29% hasta reducirse al 13% en 1934.  Por el contrario, la actividad petrolera no haría más que crecer en términos absolutos y relativos.  De representar el 1,6% del PIB en 1920 pasaría al 8,4% en 1924 y, posteriormente, el 34% en 1934”.

El sector petrolero aporta prácticamente 85% de los ingresos en divisas 103 años después del reventón de Zumaque I. sin embargo, una administración defectuosa de la principal compañía petrolera del país, Pdvsa, ha dilapidado la capacidad productiva de la estatal de hidrocarburos, si a esa situación se le suma los efectos perjudiciales de una política monetaria, financiera y fiscal que han sido implementadas por el Ejecutivo en los últimos 18 años, pensar que la premisa de Uslar Pietri puede ser una realidad en el mediano y largo plazo es una verdadera quimera, de acurdo con especialistas, economistas y analistas del sector petrolero.

Presente y futuro de la siembra petrolera

La situación de la industria petrolera nacional luce cada vez más cuesta arriba a medida que transcurre la crisis política y económica.

La producción de petróleo en Venezuela cayó a 2,18 millones de barriles diario en mayo, según el reporte mensual de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), lo que implica un descenso de 5.000 barriles diarios en el bombeo de crudo con respecto al mes de abril, de acuerdo con cifras reconocidas por el Ministerio de Petróleo ante la OPEP.

En el caso de los datos de las fuentes secundarias, como la información de la Agencia Internacional de Energía, -incluidas en el boletín mensual de la organización- la producción de crudo en Venezuela cayó a 1,96 millones de barriles diarios, lo que implica un descenso de 7.000 barriles por día respecto al mes de abril.

Un vistazo a las cifras de junio tampoco permite ser optimistas. El bombeo de crudo correspondiente al sexto mes del año registró una nueva caída. De acuerdo con la OPEP, Venezuela produjo 2,16 millones de barriles de crudo en junio, lo que implica una caída de 33 mil barriles de petróleo diarios.

De acuerdo con las fuentes secundarias, como la Agencia Internacional de Energía (AIE), el bombeo de crudo en el país cayó a 1,94 millones de barriles en junio, un descenso de 13.600 barriles diarios.

Ante esa situación, la evaluación del economista y analista del sector petrolero, Orlando Ochoa, parte de la premisa del incremento de producción como un eje ineludible para la recuperación de la industria petrolera.

“Si vamos a buscar un incremento de la producción, tenemos que comenzar por la declinación y luego es necesario un aumento de la producción neta. Abrir pozos empieza a declinar la presión y comienza a ampliar la producción; se debe hacer mantenimiento de pozos, se deben abrir nuevos pozos y así se mantienen dos tipos de esfuerzo: uno bruto y otro neto”, explicó el especialista en el más reciente congreso de la Confederación Nacional de Industriales (Coninidustria).

Según cálculos de Ochoa, Pdvsa solo puede compensar 10% del declive anual de producción petrolera.

“Los pozos de la Faja Petrolífera del Orinoco son más nuevos y su tasa de declive anual es cercana a 15%. Los pozos maduros, de crudos livianos y medianos, pueden tener una tasa de declive de 30%. Si promediamos la situación actual, nos da que tenemos aproximadamente 20% de declive anual. Si la producción cayó 10% en 2016 es porque el chavismo, o la administración del chavismo actual, solamente pueden compensar la mitad del declive de 20% en promedio. Por eso es que es necesario compensar de forma completa y elevar la producción”, explicó Ochoa.

Desde cero

103 años después del primer bombeo de Zumaque I, la advertencia de Uslar Pietri respecto a que la única política económica sabia y salvadora que se debería poner en práctica en Venezuela, a saber: la transformación e la renta minera para el reimpulso de los sectores agrícolas e industriales e el país, luce trágicamente vigente tras estadísticas nacionales que reflejan que más de 80% de los venezolanos viven en situación de pobreza y  con una crisis agroalimentaria a cuestas declarada por los principales gremios de productores y agricultores del país.

Invertir la riqueza producida por la industria petrolera, como aconsejó Uslar Pietri en “Sembrar el petróleo”, es ahora realmente complicado porque no hay tal riqueza. Para que ésta exista, paradójicamente hace falta que la inversión, impetuosa como aquella de la Caribean Petroleum Corporation, una filial de entonces de la Royal Dutch-Shell, se haga presente de nuevo en tierras venezolanas 103 años después.

Sin embargo, hay consenso en los especialistas en materia petrolera en torno a que la industria petrolera nacional necesita ser repensada. Hoy la poca participación privada con la que cuenta Pdvsa, mediante las empresas mixtas, mantiene operativa a la industria, pero, de nuevo, las pretensiones de una política petrolera más centralizada aún, propuestas para ser aprobadas en la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, amenazan con trastocar aún más un sector petrolero que está en su peor momento en últimos 30 años.

Ochoa realizó una estimación de costos y una proyección de incremento de producción a partir de una ejercicio de inversiones que tendría que llevar a cabo Pdvsa en los próximos años.

“Si vemos el costo de actividad por tipo de pozo, el costo de perforación y labores en un pozo liviano es de 14 millones de dólares; de un pozo pesado, es de 4  millones de dólares. Podríamos levantar la producción de 2,12 millones de barriles, que cerró en 2016 a 3,2 millones en 2022, es un ejercicio de estimaciones de balances. Las importaciones se reducirían, los crudos livianos se asignarían apara  la refinación y el uso de diluyentes”, calculó Ochoa.

El costo de una inversión hipotética para incrementar la producción de crudo en Venezuela, en un lapso de cinco años, es, de acuerdo con Ochoa, mucho más barato que el plan que presentó el expresidente de Pdvsa y exministro de Petróleo, Rafael Ramírez, en 2012.

“¿Cuánto cuesta un ejercicio como este de elevar un millón de barriles en cinco  años, parte de Pdvsa, parte de las empresas mixtas y parte con la entrega de bloques a terceros —empresas privadas— para reactivar pozos, cubrir cotos y dividir presupuestos con Pdvsa? Eso cuesta, según las estimaciones que hemos hecho, 125 mil millones de dólares, usando dos tercios del presupuesto anual en exploración y producción y el resto en mantenimiento; eso es un tercio del plan de Rafael Ramírez de 360 mil millones que nos hizo reír en 2012”.

Solo a partir de un replanteamiento del funcionamiento de la industria petrolera nacional, del rol del Estado en la administración  de los recursos de hidrocarburos y de una nueva política económica, según han exhortado economistas y analistas, es posible pensar, una vez más, en el sueño e Uslar Pietri: sembrar el petróleo.

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