Botados en socialismo
En medio del boom petrolero la administración de Hugo Chávez incrementó la nómina en 80% y el número de trabajadores públicos, que actualmente asciende a 2 millones 268 mil, comienza a hacerse insostenible.
El informe anual de Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela, registra que entre el tercer trimestre del año pasado y el mismo lapso de 2009 el Estado despidió a 140 mil trabajadores.
Esta cifra no toma en cuenta los despidos en el Ministerio de Finanzas y otros organismos públicos, ocurridos en diciembre.
Las perspectivas para encontrar empleo no son las mejores. La economía acumula seis trimestres de retroceso y los números oficiales indican que los patronos y empleadores no dejan de reducirse.
Pero la conflictividad laboral no se limita a los despidos. En un entorno donde los precios aumentan más rápido que el salario la capacidad de compra de los empleados públicos registra un descenso de 15% entre el tercer trimestre de 2010 y el mismo lapso de 2009.
El resultado es el inicio de un ciclo de protestas donde los trabajadores exigen aumentos de salario y el cumplimiento de compromisos adquiridos. La semana pasada un grupo de enfermeras reclamó un incremento de sueldo hasta 5 mil bolívares mensuales.
Al mismo tiempo, trabajadores de Avícola ALAS (Alimentos de Aragua Socialista) paralizaron la empresa por el atraso en «pagos de vacaciones, bonos, utilidades y cestatickets desde diciembre».
El atraso en el pago es comprensible. «Antes de la expropiación, la producción diaria era de 31 mil pollos y poco a poco fue bajando hasta llegar a 14 mil pollos», explicó María Peña, vocera laboral de ALAS al diario El Clarín.
Ante la política de expropiaciones y controles la inversión privada se redujo al mínimo y las finanzas públicas no permiten ingresar a los trabajadores en el cielo prometido.
Contacto con la realidad.