Chávez en la caja del BCV
La semana pasada el presidente de la república, Hugo Chávez, reveló que el Banco Central de Venezuela va a entregar créditos por 2 mil millones de bolívares para impulsar la agricultura y la construcción en una operación que puede ser el preámbulo de más inflación.
A diferencia de una entidad financiera común, el Banco Central no recibe depósitos de personas y empresas, pero tiene la facultad de fabricar billetes, y en la reforma legal que aprobó la Asamblea Nacional este año se le autorizó a recurrir a esta práctica para financiar al Gobierno.
En la mayoría de los países se prohíbe que los bancos centrales financien al Gobierno, porque la inyección de billetes se traduce en más dinero detrás de los mismos productos y, por ende, en incremento de precios.
Un factor a tomar en cuenta es que el dinero que fabrica el BCV se multiplica al ingresar a la economía.
Por ejemplo, crea mil bolívares que van a una agroindustria que los utiliza para comprar cereales. Quienes venden los cereales reciben los mil bolívares y los depositan en un banco privado. El banco privado está obligado a conservar 300 bolívares a manera de reserva, pero puede prestar 700 bolívares a una persona que compra una casa.
Así, ya no existen solo mil bolívares, también circulan por la economía los 700 que tiene el vendedor de la casa.
Datos oficiales de la liquidez y el dinero base creado por el Banco Central señalan que actualmente por cada bolívar que origina el BCV se realizan pagos por 2,3 bolívares.
Paradójicamente los problemas de la economía no parecieran estar en la escasez de financiamiento.
Los préstamos al sector agrícola, área clave para el Gobierno, resultan ilustrativos. Obligada a otorgar 20 de cada 100 bolívares que presta al agro, entre 2005 y 2009 la banca privada le inyectó al sector el equivalente a $8 mil 400 millones y el país se ha hecho más dependiente de las importaciones.
En los próximos meses el país descubrirá si efectivamente la mayoría de los países y los economistas se equivocan y Hugo Chávez ha encontrado la manera de que el Banco Central financie al Gobierno sin impulsar la inflación.
