Testimonios de la inflación: Dos sueldos y la misma insolvencia
Cristhopher Borrero – Carabobo
@CristhopherB
Un bostezo delata su cansancio. Con su manos estruja sus enrojecidos ojos, mientras las ojeras sobre sus párpados revelan noches de mal dormir. Son las 6:30 am y Andrés Galeano termina de abrochar su overol naranja para salir a trabajar. Sin mucho ánimo medita sobre la jornada de su día, suspira y sale de su casa.
Galeano ha dormido solo cuatro horas al día por los últimos siete meses. El joven, de 25 años, tiene dos empleos y sin embargo un pulso frío recorre su nuca cada vez que tiene que cancelar sus facturas.
Trabajar el doble no garantiza ascensión económica en Venezuela. “Tengo dos empleos y aún me falta dinero para cubrir mis gastos quincena a quincena”, lamentó el trabajador mientras tomaba su primer autobús en el día.
Ritual y rutina
“El Gato”, como es conocido por algunos compañeros de trabajo lleva una vida bastante monótona para alguien de su edad. De lunes a viernes; desde las 7:00 am a 5:00 pm trabaja como almacenador en los galpones de una industria situada en el municipio Los Guayos, Carabobo. “Vulgarmente trabajo de ‘caletero’, muevo cajas pesadas, mercancías, cargo o descargo los camiones y organizo el almacén de la compañía”, describió.
De 6:30 pm a 2:00 am trabaja como parrillero en un establecimiento de comida rápida. “Todos los días por la noche vendo perros y hamburguesas en el local de una pana, cerca de la casa”, especificó.
Los fines de semana trabaja solo por la noche y hace compras por la mañana. Religiosamente todos los domingos visita a su hija de cuatros años; la cual vive con su madre.
Facturas sobre la mesa
Al mes recibe por concepto salarial unos 600 mil bolívares entre ambos trabajos, lo que representa tan solo 29.3 % de la Canasta Básica, calculada a Bs 2.043.083,39 al cierre de julio según datos provistos por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM). Si bien Galeano gana casi el triple de un trabajador convencional, la suma le es insuficiente.
Diariamente gasta Bs. 1.800 en pasaje; lo que suponen unos 43 mil 200 bolívares mensuales en gastos de movilización. “El Gato” vive residenciado en el Poblado de San Diego, localizado en el centro del municipio homónimo, por lo que invierte unos 150 mil bolívares mensuales por concepto de alquiler de habitación.
Para gastos de alimentación tiene previstos unos 50 mil bolívares semanales, sumando 200 mil bolívares al final del mes. En manutención de su hija dispone en promedio unos 150 mil bolívares; sin embargo suele superar este monto ante cualquier imprevisto. Con todos esos egresos a penas le quedan 60 mil bolívares en el bolsillo mes tras, el cual los suele invertir en gastos suntuarios como mantenimiento personal, entretenimiento, ahorro, entre otros.
Sus estudios están en pausa. Galeano tiene dos años con la carrera congelada. Estudiaba diseño gráfico en una institución privada, pero los altos costos de materiales y matrícula lo obligaron a frenar su formación profesional. Como muchos otros jóvenes venezolanos tiene ganas de irse del país, posiblemente a Colombia pero aún no se decide.
