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En Carabobo priorizaron abastecerse de alimentos antes del paro cívico

Cristhopher Borrero- Carabobo
@CristhopherB

Con un paro cívico de 48 horas en puertas y el creciente rumor de una “hora cero” los carabobeños se alistaron este martes. Todos los locales que venden comida en el estado amanecieron abarrotados de ciudadanos; quienes buscaron guarniciones para sobrellevar la venidera protesta.

Alrededor de las 3:30 pm un joven de 27 años de edad aguardaba en una cola de un reconocido abasto en el Municipio San Diego. La misión era comprar alimentos. Cansado, malhumorado y con los pies mojados se encuentró con Christian Márquez, quien acumulaba más de siete horas en cola para abastecerse. El calor de la tarde se mezcló con el vapor de una lluvia reciente, en la cola unas 200 personas lo antecedían. Esta era la tercera cola de su día.

Junto a él decenas de rostros se apiñonaban en un estrecho pasillo. Viejitos, albañiles, niños, madres con bebes en brazos y hasta un sujeto en silla de ruedas experimentan el mismo suplicio.

Al final de la fila la promesa de tres kilos de harina de maíz precocida lo motivaron. El producto sería vendido a Bs. 850, según lo indica la regulación vigente (en el mercado negro se consigue entre 12 mil y 14 mil bolívares). Es una oferta que no pudieron ignorar.

Las cuentas no dan. Con cinco bocas que alimentar, quedarse en casa y dormir no es una opción.

Valencia colas por comidaLa suerte no lo acompañaba. Cuando el reloj marcó las 6:45 pm un oficial de la policía municipal le indicó a la muchedumbre que el producto se había agotado. Una revuelta tuvo lugar en el sitio.
“Saquen la harina”, vociferaban la molesta clientela.

Entre empujones e insultos los efectivos policiales lograron controlar la situación. Minutos después el gentío había desaparecido. Motivados por el miedo se dispersaron en otros comercios en busca de algo de comida para aguantar los días del paro.

En condiciones normales Márquez no haría colas, pero le resultó inevitable. Su alacena está vacía; solo le restan un paquete de lentejas y medio kilo de harina de arroz. Madrugó a las 3:00 am
para su primera cola. Solo logró comprar dos kilos de pasta a 6 mil bolívares, pasadas las 10:00 am.

Luego hizo lo propio en otro punto de la ciudad. En ese supermercado no salió sorteado, sin embargo la noticia le llegó tras tres horas de espera.

Cabizbajo y con poco que ofrecer Márquez regresó a casa. Guardó las pequeñas provisiones en la dispensa, dio las malas noticias a su familia y se fumó un par de cigarros.

Pese al infortunio una cita lo aguarda. Este miércoles 26 de julio saldrá de nuevo en la madrugada. Acompañado de sus hermanos de lucha trancará calles y avenidas para reclamarle al Gobierno. “Tendré el estómago vacío pero el pecho lleno de orgullo. Este Gobierno debe caer”, sentenció.

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