La bolsa estadounidense tomó un golpe que levanta sospechas
María Daniela Pérez Olbrich
@Rendivalores
El Promedio Dow Jones Industrial se desplomó esta semana, ubicándose en 24,345 al cierre del lunes 5 de febrero. El índice, compuesto por las 30 principales empresas estadounidenses que cotizan en bolsa, se redujo 1,175 puntos en un día. Esto representa una caída de casi 5%, la más grande desde agosto 2011 cuando la crisis de deuda europea afectó el mercado de valores de Estados Unidos.
El fenómeno tuvo consecuencias en otros índices bursátiles: el Nikkei en Japón, disminuyó 4% en la mañana del martes 6 de febrero mientras que el S&P/ASX 200 en Australia tuvo una caída de 3%. Sin embargo, la causa del desplome del Dow no se conoce con exactitud ya que desde el punto de vista fundamental no se observó ninguna variación que podría explicarlo.
Algunos analistas creen que se trató de los primeros síntomas una corrección del mercado, que compensaría parte del aumento acelerado que ha ocurrido desde la elección de Trump. En este caso, el ajuste sería un movimiento natural del mercado, que había mostrado una estabilidad inusual a lo largo del último año. No obstante, tras la caída algunos analistas han asumido una posición más pesimista, considerando posible un ajuste mayor en el corto plazo.
Otros, le atribuyen la responsabilidad a los algoritmos de trading de las plataformas donde operan las acciones. Debido a la rapidez en la variación negativa observada antes del cierre de la bolsa, se cree que es poco probable que la venta se realizara a través de traders. Un argumento que también se proporcionó en mayo del 2010 cuando el Dow Jones disminuyó sin un motivo específico casi 1,000 puntos antes de recuperarse rápidamente.
Aunque el mercado alcista debe culminar en algún momento, la mayoría de los analistas consideran que es muy pronto para clasificar esta disminución como el comienzo de un mercado bajista.
