Economía

Le decimos adiós al Banco Mundial?

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Grand Rapids, Michigan (AIPE)- Terminada la guerra interna en el Banco Mundial, con la salida de su presidente Paul Wolfowitz, la mirada se torna a un asunto más importante: el futuro de la institución, en un mundo que cada día requiere menos de sus servicios financieros.

Hasta el informe Desarrollo Financiero Global (GDF) 2007, publicado el 29 de mayo por el Banco Mundial, resalta su declinante papel: “El financiamiento neto proveniente de institutos financieros internacionales y demás fuentes crediticias del Club de París cayeron marcadamente en los últimos dos años, mientras aumentaron considerablemente los préstamos privados”.

El informe continúa diciendo que muchas naciones en desarrollo liberalizaron los controles sobre el capital, permitiendo a sus empresas un acceso sin precedente a los mercados de capital. Entre 2002 y 2006, los créditos privados alcanzaron más del 60 por ciento del total de préstamos en esos países. Para lograrlo, dice el informe, las empresas tienen que cumplir con la mayor transparencia y mejor información requerida por los mercados internacionales de capital.

El problema que enfrenta el Banco Mundial es que el flujo de dinero privado a las naciones en desarrollo reduce su papel, por lo que el informe aclara que la institución puede continuar contribuyendo “con el establecimiento de reglas claras y concisas para el acceso a los mercados financieros del mundo industrializado”.

En vista de los altibajos del Banco Mundial con respecto a la corrupción en sus financiamientos, no parece contar con los atributos requeridos para jugar ese papel. Por otra parte, organismos privados como el International Accounting Standard Board, radicado en Londres, ya avanzan hacia ese mismo objetivo. De hecho, con su participación en los mercados privados de capitales, las empresas pronto aprenden las reglas, incluyendo la transparencia y el cumplimiento de las normas internacionales de contabilidad (IFRS, por sus siglas en inglés).

Son exactamente esas normas las que muchos gobiernos de países en desarrollo han ignorado una y otra vez en sus negociaciones con el Banco Mundial. Pero, al contrario de los gobiernos, las empresas privadas de esos mismos países no pueden esconder incumplimientos e infracciones bajo la excusa de “soberanía nacional”.

En su conferencia de octubre de 2006, en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, Lord Brian Griffiths, vicepresidente de Goldman Sachs International, apuntó que países como China no necesitan financiamiento del Banco Mundial y pone en duda “que los préstamos sean la mejor manera de ayudar a los países muy pobres… Uno se puede preguntar si el Banco Mundial juega algún papel significativo”. Desde un punto de vista histórico, el creciente papel del capital privado en el mercado financiero internacional es un regreso a la normalidad.

En América Latina, sin embargo, hay otra alternativa adicional que podemos llamar “la opción Chávez”. Se trata de la transferencia de fondos de la Venezuela rica en petróleo de Hugo Chávez a otros países latinoamericanos gobernados por otros populistas de izquierda. Hasta ahora, Chávez les ha ofrecido unos 1.500 millones de dólares a Bolivia y otros 500 millones de dólares a Ecuador.

En septiembre de 2006, Chávez sugirió la creación del Banco del Sur, como alternativa socialista al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional. Lamentablemente, ese proyecto logrará resultados peores que los proyectos del Banco Mundial y gran parte de esos fondos se utilizarán en la nacionalización de industrias privadas. Ya debiéramos haber aprendido que los proyectos que se ejecutan sin la disciplina que impone el mercado tienden a fracasar y a estar envueltos en corrupción.

Pase lo que pase, cada día habrá menos demanda de fondos del Banco Mundial, pero como siempre sucede, la burocracia inventará nuevas actividades que poco tendrán que ver con el propósito original. Por ejemplo, recientemente el Banco Mundial se unió a la lucha contra el calentamiento y trata de conseguir 250 millones de dólares para premiar a países que eviten la deforestación.

Sí, llegó la hora de decirle “adiós” al Banco Mundial.
___* Director de investigaciones del Acton Institute.

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