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Misiones sociales en deuda con los carabobeños

Cristhopher Borrero – Carabobo.-

@CristhopherB

El Gobierno adeuda promesas al pueblo de Carabobo. Una constante marca la fachada de todas las sedes del Banco Bicentenario. A sus afueras largas colas de ciudadanos esperan por lo mismo; la cancelación de algún programa social reanimado durante las campañas para las elecciones regionales.

No menos 70 personas pusieron a prueba su determinación y paciencia a la espera de una respuesta. Los rostros son casi familiares para quienes aguardan por su turno, pues acumulan varias semanas para recibir su pago.

Colas extramunicipales. Víctima de la desesperación Andreina Rojas optó por trasnocharse en el municipio San Diego para mejorar sus posibilidades. «Yo vengo por la ‘Misión Madres del Barrio’. Tengo tres semanas haciendo esta cola pero nunca logro ser atendida. Comenzaron dando 30 cupos al día y ahora solo reciben a 10. A pesar de que pernocté desde ayer quedé en el puesto 15 esta mañana», reconoció la joven, habitante de Paraparal, localizado en el municipio Los Guayos.

Rojas dejó a sus dos hijos a su suerte en busca de 200 mil bolívares. «A mi me notificaron que ya estaba habilitada dentro del sistema pero no he logrado sacar la cuenta por falta de materiales. Nos estan aperturando cuentas con solo la tarjeta de débito, pero únicamente pueden dar 10 tarjetas al día según nos cuenta el gerente», detalló Rojas.

La llave bancaria que otorgan es diferente. «Es una tarjeta diferente a la banco. En algunos casos vinculan los pagos al carnet de la patria», asomó la mujer.

En otras sedes es peor. El panorama no mejora para quienes pretenden finalizar el proceso en la sede de la avenida Cedeño. En las faldas de la Torre Empresarial casi un centenar de personas se aglutinan en las puertas del banco. Juntos forman una muchedumbre que se debate a diario entre hacer la cola o intentarlo después. Tras el recorrido de dos días efectuado por el equipo de www.Analitica.com se constantó la veracidad del reclamo.

El calor del medio día caldea los ánimos de los usuarios en cola. Ya han pasado 4 horas y solo 20 personas han podido ingresar a la institución bancaria, aseguró desde su silla de ruedas Rogelio Medina.

Medina es un sexagenario que habría sido ingresado a la nómina de la «Misión en Amor Mayor», hace ya dos mes y medio. «Mi nieta me trajo para hacer la cola. Ella trabaja cerca y me iba a regresar a casa a su hora de almuerzo pero ya se va a pasar la hora y no podré hacer nada», reclamó.

A Medina también le preocupan las cuentas. «Quiero comprar mis medicamentos para la artritis pero están muy caros. Espero que se me hayan juntado los pagos atrasados para ver si logro estirar los riales», reveló.

Su historia no es exclusiva. Cada individuo presente tenía prefijado un destino para el incentivo económico, algunos lo gastarían en alimentos, otros en medicamentos y los más afortunados en entretenimiento. Sin embargo hay que tragar grueso para gozar del billete. No solo deben sortear la espera sino y también el malgenio del personal del banco.

Sin «Chamba juvenil»

Nada es como lo parece. Pocos son los privilegiados en acceder a la nueva oferta guernamental de empleo para los jóvenes. «A mi ya me abrieron mi cuenta y me depositaron 150 mil. Pero aún no me han dicho en donde voy a trabajar ni qué voy a hacer», comentó un ciudadano que se identificará con el alias de Remigio Rendón, en conformidad con su solicitud de anonimato.

Los beneficiarios del programa están atados financieramente. Una de las prerrogativas demandadas por el plan es que los ciudadanos subvencionados no pueden estar empleados en otros trabajos formales; de detectarse lo contario serían eliminados, advirtió Rendón.

La limitante laboral y la incertidumbre construyen muros para hacer frente a la crisis actual. «Yo voy a tratar de conseguir otro empleo bajo cuerda para redondear el salario. Al menos lo haré hasta que se esclarezcan mis funciones con el Gobierno», adelantó la fuente.

El «Plan Chamba Juvenil» tuvo su lanzamiento a mediados de julio del año en curso. Según su propio portal web «es una plan dirigido a la juventud entre 15 y 35 años de edad, con el propósito de incorporarlos a la ocupación laboral y productiva, en áreas orientadas a la satisfacción de necesidades humanas, identificadas a través del instrumento del Carnet de la Patria, enmarcado en el Movimiento Somos Venezuela», se reseña en el landing page.

La meta es brindar 200 mil empleos, los cuales serán divididos en seis sectores; economía, seguridad y soberanía, mantenimiento urbano, servicios sociales, educación y tiempo libre.

Trascendió que parte de los compromisos laborales adquiridos en el «Plan Chamba Juvenil» serían asistir a charlas políticas o prestar servicios en movilizaciones para actos propagandístico. En algunos otros casos deben efectuar trabajos comunitarios para los Concejos Comunales locales.

En todo caso otorgar estas dádivas gubernamentales incrementarán el gasto público de la Nación. El Presupuesto anual 2017 asciende a un billón 548 mil 574 millones de bolívares fuertes; lo que supondría el desembolso diario de cuatro mil 242 millones 668 mil con 493,15 bolívares según los cómputos del Observatorio de Gasto Público Cedice.

Al desglosar los datos existentes no menos de 30 mil millones de bolívares extras se restarán del erario público para subsanar pagos de la chamba juvenil.

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