Economía

Trabajando con otros, mis resultados son los de mi equipo

“La velocidad de la organización,
es la velocidad del equipo que la integra

La base del éxito personal y profesional, reside en la capacidad de entendernos a nosotros mismos, entender a los demás, y comprender el impacto de nuestra conducta en otros.

La habilidad de manejar conflictos efectivamente, es una destreza crítica para un gerente, supervisor (especie en extinción) y todos los miembros de un equipo de alto rendimiento. Es imprescindible para los miembros de un equipo y en general cualquier integrante de una organización, el aprender sobre los diferentes estilos de comunicación, sistemas de representación, estilos de aprendizaje, clases de motivación, manejo de conflictos, estrategias de influencia, y negociación con base en esquemas de mutua ganancia.

Un estudio realizado por la American Management Association (AMA – (%=Link(«http://www.amanet.org»,»amanet.org»)%)
) encontró que el 20% de nuestro tiempo laboral y energías, lo gastamos en el manejo de conflictos. Quizás debemos investigar cuánto es la inversión de las empresas y organizaciones, en la educación de sus integrantes para aprender herramientas para el mejor manejo y resolución exitosa de estos conflictos.

Mientras les exigimos a los miembros de un equipo que trabajen hacia el logro de un objetivo común, los individuos en la organización continúan jugando su rol individual y organizacional en los procesos. Las organizaciones dependen cada vez más del trabajo en equipo, para desarrollar su capacidad innovadora, su habilidad en la solución de problemas, su productividad, su competencia de manejo de cambio, el entendimiento y la coordinación de acciones entre los individuos que forman parte de su organización, sus clientes, proveedores, en fin a quienes llamamos los “stakeholders” de nuestra organización.

NOTA: Stakeholders: Palabra sin traducción que señala a todos los grupos que, además de los accionistas, están interesados, preocupados y que tienen que ver con la empresa: empleados, proveedores, clientes, comunidad y hasta gobierno local. (Santiago Lazzati – (%=Link(«http://www.lazzati.com.ar»,»lazzati.com.ar»)%)).

El sistema de trabajo colaborativo nos exige el aprendizaje común de lo que llama el autor Jack Ricchiuto ((%=Link(«http://www.designinglife.com»,»designinglife.com»)%)): liderazgo apreciativo. El liderazgo apreciativo nos permite apreciar las fortalezas y talentos de quien trabaja con nosotros, considerando también las nuestras, y aprender cómo alinear metas, objetivos, y cómo lograr los resultados de la organización trabajando juntos en equipo. Jack nos dice que la gente nos entrega su mejor trabajo cuando trabaja con inspiración y confianza, cuando sus líderes se enfocan en sus éxitos, fortalezas y compromiso.

De acuerdo a un estudio de la Organización Gallup ( (%=Link(«http://www.gallup.com»,»gallup.com»)%)
) sólo el 20% de 1.7 millones de empleados encuestados sienten que sus organizaciones hacen un buen uso de sus fortalezas en el trabajo. Lo que se mantiene vigente es el miedo y la crítica como prácticas continuas de la gerencia, en su búsqueda de lograr los resultados deseados. Gallup informa que el costo de que 22,5 millones de trabajadores no se comprometan con sus organizaciones en corazón y mente, le cuesta a los EE.UU. US$300 mil millones anualmente.

Nos toca transformar a nuestras organizaciones, en comunidades de trabajo con cultura de apreciación, con gerentes transformados en líderes que puedan aproximarse a sus equipos positivamente, colaborando con su mejor desempeño, desarrollando la responsabilidad personal de los integrantes de esos equipos, pasando de la gerencia de la carencia a la cogestión de la abundancia.

Trabajando en equipo nos toca descubrir las conductas que constituyen nuestras fortalezas y limitaciones, y las de quienes trabajan con nosotros. Nos corresponde reconocer y valorar nuestras fortalezas y las de otros, cosa que no nos resulta fácil cuando provenimos de una cultura de persecución de la debilidad y el error, no sólo de otros sino también nuestras.

Al gerente de hoy le corresponde aprender cómo adaptarse a los estilos de comunicación distintos, de las personas con quienes hace equipo, conocer cómo analizar situaciones complejas, analizar los problemas que se le presentan y los que le presentan otros, y tomar las decisiones que le son requeridas, de manera oportuna, comprendiendo el impacto en otros de sus decisiones.

Aprender a improvisar ante las situaciones inesperadas, es mandatorio en este mundo de hoy. El aprendizaje de la improvisación requiere preparación. Como dice el autor “Me preparo, y mi oportunidad llega”. El desarrollar habilidades de comunicación y relación, nos permite ajustarnos a la diversidad de las personas con las cuales trabajamos, con flexibilidad, pudiendo acompañar a otros en su encuentro con el liderazgo, con adaptabilidad, promoviendo el soporte mutuo y reconociendo las contribuciones de cada uno de los integrantes de su equipo. También podemos prepararnos para enfrentar problemas de relación, de desempeño, para mediar en los conflictos entre trabajadores, entre gerentes, entre la dirección de la empresa y los sindicatos.

Es inagotable la cantidad de horas que debe utilizar el gerente y el trabajador de los equipos, para aprender lo que debe ser aprendido, para hacer de su trabajo relacional algo profesional. Son muchas las horas de meditación que requieren quienes bien quieren trabajar con otros, para reducir el conflicto y el estrés.

Facilitador Líder – Vicepresidente Ejecutivo

PCO’s International, C.A.

Blog: http://adriancottin.blogspot.com

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