Economía

Venezuela encara 2017 con el lastre de su colapso como petroestado

Justo en el momento en que la producción de la industria petrolera nacional está en los niveles más comprometidos de los últimos cinco años y con una clara tendencia a la baja (de 3.308 barriles de crudo diario en 2005 a 2.626 barriles de crudo diario en 2015, según el Reporte de Revisión Estadística de Energía de British Petroleum), Venezuela ahora deberá encarar una nueva paradoja: reducir aún más su bombeo de crudo, tras el acuerdo suscrito en noviembre en el seno de la de la Organización de Países Petroleros (OPEP), y salir ilesa mientras aguarda un anhelado incremento de precios tras el ajuste en la producción total de crudo, en 1,2 millones de barriles diarios, acordado por los miembros del cartel OPEP.

El más reciente reporte de la OPEP, correspondiente a diciembre, precisa que la producción de crudo en Venezuela descendió a 41.900 barriles de petróleo diarios, con lo que cierra el informe de ese mes en 2 millones 274 barriles de crudo diarios.

Las cifras de la OPEP muestran un panorama más complejo de lo que parece, pues la producción diaria de Venezuela ni siquiera estaría por encima — ya desde de hace un tiempo— de los 95 mil barriles diarios que ahora debe bombear por el acuerdo suscrito con los demás miembros de la OPEP.

“En Venezuela, el país con una de las más abundantes reservas d crudo del planeta, la industria petrolera está colapsando. La producción ha caído en casi un tercio, más de un millón de barriles diarios desde que el chavismo llegó al poder; más de trescientos mil barriles diarios, sólo en el último año”, escribió el investigador y director del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiors de Administración (IESA), Francisco Monaldi, en un boletín del diario The New York Times en español en octubre.

Una opción temeraria en un contexto de pérdidas

Tras el acuerdo de países OPEP y aquellos que no forman parte del cartel (Azerbayan, el Reino de Barein Brunei Darussalam, Guinea Eciatorial, Kasajstán, Malasia, México, el Sultanato de Omán, la Federación de Rusia, la República de Sudán y Sudán del Sur) en el que los últimos se comprometieron a reducir su producción de petróleo, “de manera voluntaria o mediante un declive gestionado”,  un comunicado de la OPEP constató la condiciones del mercado petrolero y las perspectivas de corto y mediano plazo.

Foto: The Wall Street Journal
Foto: The Wall Street Journal

El objetivo combinado de reducción tras el acuerdo fue de 558.000 barriles por día para los productores involucrados que no pertenecen al cartel OPEP.

El coordinador del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA, Ramón Key, puntualizó en entrevista para Analítica que, según los datos correspondientes al balance del mercado y los niveles de inventarios de los últimos dos años, la efectividad del recorte de la OPEP depende, en un primer momento del tope acordado, y después de un cabal cumplimiento del acuerdo.

Sin embargo, según Key, la reducción que ahora debe asumir Venezuela en un contexto signado por las pérdidas, luce difícil de digerir.

“El tema es que para Venezuela la reducción de 95 mil barriles cuando este año se an perdido 260 mil o 270 mil, es muy inconveniente y contraproducente reducir aún más la producción de lo que ya se producido este año, sobre todo porque es un problema de tendencia. Si comparas las cifras, entre otras de BP, de 2005 a 2015, ves que esa cifra te da una caída de producción importante, unos 600 mil barriles y solo este año ha 260 mil barriles, es decir, una tendencia importante a la caída. Pensar que vas a recortar 95 mil barriles mas, en este contexto de sequía al que está expuesta la  economía venezolana, es muy difícil de comprender”.

Venezuela, petroestado

La paradoja que debe encarar Venezuela no solo se resume en un reducción de producción temeraria, sino que al termino de un año particularmente difícil en lo económico la apuesta por parte del gobierno sea pretender extender un modelo de dependencia estatal y no exista, en el fondo, un cambio estructural de un sistema económico que simplemente ya no funciona, que se agotó.

“Cuadro preguntan cuál es el precio que hace sostener a la economía venezolana, la respuesta es dinámica porque todo los años es diferente y todos los años sube; si los pecios no se mantienen subiendo, este sistema colapsa”, explicó Key.

El ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, Eulogio Del Pino, confía -tal y como lo ha reiterado en entrevistas previas- que el impacto de 18 millones que quedarán fuera del mercado, constituya un restablecimiento de inventarios. Sin embargo, la realidad puede ser otra.

“La cesta de Venezuela depende mucho de la composición de sus exportaciones. Por eso si antes exportabas gasolinas, y ya no lo haces, eso significa que el valor de la cesta de explotación se aproximaba mejor a los pecios internacionales. En la medida en que exportas crudos más pesados, menos livianos, y no exportas gasolina, la diferencia con respecto a los precios internacional puede llegar a 20%, es decir, si el precio internacional está dado, los precios de Venezuela están 20% por debajo”, precisó Key.

Convenios China-Venezuela
Convenios China-Venezuela

Del Pino puntualizó que las estimaciones de precio referencial del crudo Brent oscilen entre los 60 y 70 dólares por barril tras el acuerdo OPEP.

“Tenemos la previsión de que el crudo Brent se ubique en unos  60 ó 70 dólares, lo que significaría para el crudo venezolano unos 40 ó 50 dólares por barril. Si el acuerdo se cumple, el precio debería estar en unos 10 ó 15 dólares por encima del precio actual del barril de crudo», dijo en una entrevista en el mes de diciembre.

Sin embrago, la puerta que se abriría para Venezuela en un contexto de incremento de precios no sería una que la lleve a un área de confort de precios boyantes.

“Yo no veo precios más allá de los 65 dólares por barril para este año, porque sencillamente si se llegara a ese precio, volverían los productores de EE.UU. a producir mas petróleo. ¿Qué sabemos del 2017? Si habrá mejores precios, pero no muy boyantes, no más allá de 65 dólares”, puntualizó Key.

Pdvsa en el centro

Tanto el presidente de la Republica, Nicolás Maduro, como el propio Del Pino no han dudado en señalar que la estatal de hidrocarburos fue transformada en una herramienta política y económica, tras la llegada del ex presidente Chávez, para profundizar la revolución. Una transfiguración, según Key, costosa y muy pesada para la principal industria nacional.

“No es un secreto para nadie, tanto para un observador interno como externo, que la industria petrolera nacional ha estado sometida a una condición que es consecuencia de un modelo económico basado en el centralismo”.

Analistas como los economistas José Manuel Puente y Asdrúbal Baptista han sostenido que el colapso macroeconómico de Venezuela no está relacionado con la caída de los precios petroleros. La situación se complica cuando esa realidad refiere un contexto signado por las características de un petroestado, tal como lo es Venezuela.

“Cuando me preguntan cuál es el precio del petróleo que hace sostener a la economía venezolana, la respuesta es dinámica porque todo los años es diferente y todos los años sube; si los pecios no se mantienen subiendo, este sistema colapsa”, explicó Key.

En Venezuela, según Key, la necesidad de precios altos de manera continua es una necesidad por lo que ha implicado el establecimiento de un esquema económico centralizado en el Estado y dependiente del petróleo.

Pdvsa

“El boom petrolero del 99 al 2014 se originó por un cambio fundamental en la estructura del mercado. En todo ese tiempo ocurre que la demanda de los países industrializados empieza a estancarse  y llega a un pico en 2005,  mientras que la línea de los países en desarrollo es muy continua todo el tiempo. ¿Cuál es la característica de la demanda en los países desarrollados y de los que están en desarrollo? En los primeros la demanda es muy sensible a los precios: tarde o temprano reaccionan; en los países en desarrollo no importa  cómo vayan los precios, pues esa demanda va creciendo todo el tiempo, es decir, esa una demanda que es insensible a los precios, entre otras cosas porque los cotos domésticos están subsidiados y no tiene mucho que ver con los precios internacionales, esa realidad hace que la demanda en los países en desarrollo sea más inelástica a los precios”, explicó Key.

El gobierno ha mencionado en reiteradas oportunidades que la crisis de Venezuela comienza con la caída de los precios, es el argumento para cualquier descalabro económico en la revolución. Saboteos, guerra económica y un bloqueo financiero son algunos de los elementos que repiten desde el primer mandatario nacional hasta quienes están al frente de las finanzas de la nación.

“Al final cuando se presentan los números macroeconómicos e intentamos precisar trimestre a trimestre, cuándo comenzó el colapso, nos damos cuenta de que empezó cuando los precios se estabilizan en cien dólares; no se trata de que cayeron los precios y esa es la causa de la crisis, no. En un modelo en donde todos los motores de crecimiento están fundamentados en el Estado, el sistema colapsa sencillamente porque los precios del petróleo no suben”, destacó el investigador del IESA.

A pesar de que el titular de la cartera de Petróleo ha asegurado que la industria cuenta con el potencial para financiar lo que ésta requiere, Pdvsa devino en una compañía altamente comprometida, como lo demostró el proceso de canje de bonos, las calificaciones de riesgo y la confiabilidad de la empresa entre los inversionistas. Todo, según Key, queda resumido en un círculo vicioso.

“El problema no es solo de inversión. Sometieron a la compañía a convenios energéticos que comprometen los crudos medianos y livianos, los de más valor. Pdvsa como empresa ha funcionado como una corporación de desarrollo nacional, una función para la cual no está diseñada. Al final tienes una menor disponibilidad financiera y por esa la compañía reacciona con endeudamiento extremo y concentración de inversión en la Faja; se olvidaron de la producción en occidente, lo que ha generado una serie de retrasos de pagos a proveedores y esto implica que si ese indicador que antes estaba en cien días, ahora esta cuatro veces. Todo eso afecta los servicios básicos que apoyan en producción. Estamos en ese círculo vicioso que hay que romper”.

Una reestructuración real

A mediados de noviembre, en cadena nacional de radio y televisión Maduro dijo que Pdvsa requería de una reestructuración total y aseguró que la empresa estaba “infiltrada”; el jefe de Estado aludió de esa manera elementos de corrupción en la estatal de hidrocarburos.

Sin embrago, según la visión de Key, sanear Pdsa implica, indefectiblemente, una replanteamiento del sector público.

“La reestructuración de Pdvsa apunta a la dirección adecuada, el problema es que no podemos hablar solo de Pdvsa, sino del resto del sector púbico, porque hoy en día Pdvsa está muy interrelacionada con el resto del sector público. De hecho, el Fondo Monetario Internacional al analizar las estadísticas del sector público en Venezuela, el indicador es lo que pasa en el gobierno central, y para entender lo que pasa en las finanzas públicas de Venezuela tienes que consolidar lo que sucede en el gobierno central con Pdvsa, para entender cómo funciona el sector público”.

Incertidumbre en el contexto internacional

La elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos causó desconcierto en un primer momento en el contexto económico internacional y Venezuela, al ser uno de los proveedores y compradores de crudo de ese país no está exenta de la incertidumbre que rodea las expectativas respecto a lo que hará o dejará de hacer Trump en materia energética.

Según información precisada por el presidente de Pdvsa, Venezuela cuenta en suelo norteamericano con la cuarta refinadora de ese país, Citgo. Cualquier medida que contemple Trump en materia energética podría tener un impacto en las filiales de Pdvsa en territorio norteamericano, así como en las operaciones de comercialización.

Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump/ Foto: EFE
Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump/ Foto: EFE

De acuerdo con Key, una mejor concreción en la producción del crudo Canadá y el área del golfo de México con las conexiones y planes de proyectos en suelo norteamericano, hasta ahora paralizados por la administración de Obama, pueden generar una caída en el margen de costos de crudos livianos y pesados

“Si se logra concretar mejor la producción de Canadá con el área del golfo de México, y todo el complejo refinador que está ahí, lo que veremos es una caída en el margen de precios de crudos livianos y pesados que nos pude afectar un posible uso en la estrategia de dilución de la Faja Petrolífera del Orinoco, porque ese margen entre crudos livianos y pesado se va a deteriorar mucho. Hay incertidumbre relacionada con Trump y el mercado petrolero, pero lo cierto es que si el petróleo de Canadá entra, mediante el sistema de distribución que la gestión de Obama había cancelado, eso hará que el petróleo pesado caiga”.

La cesta de crudo nacional y sus derivados finalizó 2016 con retroceso al promediar 35,14 dólares por barril, según datos publicados en el reporte semanal del Ministerio de Petróleo.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba