Economía

Visión Global: ¿Hacia dónde va la demanda petrolera mundial?

La economía no prospera

En el asunto de la demanda las tendencias apuntan hacia un crecimiento moderado de la misma. En términos generales, la economía mundial se encuentra desacelerada. La disminución considerable del ritmo de crecimiento en los EE.UU. se ha asumido como uno de los principales factores que han influido en el asunto. En el caso de Europa y Japón, economías consideradas entre las más importantes del mundo, el tema se ha tornado motivo de preocupación. Win Duisenberg, Presidente del Banco Central Europeo ha señalado recientemente que las «perspectivas de crecimiento en 2001 se han deteriorado en los últimos meses y han seguido caracterizándose de una sustancial incertidumbre, especialmente con respecto a las perspectivas de la economía estadounidense». Incluso, Duisenberg en su intervención ante el Comité de Asuntos Económicos del Parlamente Europeo tomó en cuenta los «precios del crudo» como un posible factor que afectaría el crecimiento económico europeo y mundial.

Recientemente, la Unión Europea se vio obligada a bajar las tasas de interés en un cuarto de punto, hasta ubicarlas en 4,5%, para mantener factores de estímulo sobre la economía. Cifras económicas como la producción industrial y los indicadores de confianza empresarial, los cuales continuaron cayendo, dan cuenta de la moderación en el crecimiento económico.

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Por otra parte, La producción industrial en Estados Unidos disminuyó en tres décimas en abril respecto al mes anterior, lo que supone la séptima caída mensual consecutiva, según datos difundidos por la Reserva Federal estadounidense (Fed) que ponen de manifiesto la cada vez mayor ralentización de la economía. Respecto al pasado año, la producción industrial disminuyó en abril
en un punto.

El deterioro de estos datos, que son peores de lo esperado por los analistas -quienes contaban con un descenso del 0,2% abril respecto al mes precedente- afectó a todos los sectores. Si se excluye el sector automovilístico, la producción industrial descendió en cuatro décimas en abril respecto al mes precedente. El pasado marzo, la producción industrial descendió en un 0,1% respecto a febrero.

La tasa de utilización de las capacidades industriales se situó en el 78,5% en el mes de abril, cuatro décimas por debajo de la de marzo, hasta situarse en el nivel más bajo registrado desde 1991.

La industria manufacturera operó al 77,1% de sus capacidades en abril respecto al mes anterior, un 0,4% menos que durante el mes de marzo. También se trata de la tasa de utilización más débil experimentada desde hace diez años.

El índice de capacidad fabril utilizada bajó en abril al 78,5%, el más bajo desde abril de 1991 cuando el país estaba saliendo de la recesión. En marzo la utilización de la capacidad instalada había sido del 78,9%.

Todos estos indicadores en descenso, evidencian la comprometida situación actual de la economía estadounidense. Esto también se puso en evidencia con el descenso de la productividad laboral de Estados Unidos, la cual bajó una décima durante el primer trimestre del año como consecuencia del debilitamiento de la economía, según ha informado el Departamento de Comercio.

Este es el primer descenso que registra este indicador económico en seis años y está muy por debajo del incremento del 2% con el que se terminó el año 2000.

Los analistas habían previsto que la productividad laboral, que es uno de los indicadores claves para medir el nivel de vida, se incrementaría una décima durante el primer trimestre del año, por lo que su descenso ha supuesto una sorpresa.

En lo que a Japón corresponde su balanza por cuenta corriente registró un superávit de 1,30 billones de yenes (12.079,4 millones de euros) en marzo, lo que representa una caída del 0,6% respecto al excedente del mismo mes del año anterior, según las cifras anunciadas por el Ministerio de Finanzas.

El Gobierno nipón atribuyó el descenso del superávit al encarecimiento del precio del petróleo y al incremento de las importaciones procedentes de otros países asiáticos.

A pesar de todo hay optimismo

No obstante, la ralentización del conjunto de economías más importantes del mundo y las perspectivas poco optimistas de mejoramiento de la situación económica global en el año 2001 no han recibido mayor atención en cuanto a las proyecciones sobre crecimiento de la demanda a largo plazo.

Un estudio de la AIE –Perspectiva Energética Mundial-, recientemente dado a conocer, establece que la demanda energética crecerá en aproximadamente 60% en los próximos veinte años. El informe contempla que el petróleo continuará siendo, por ese lapso al menos, el principal combustible. Asimismo, se establece que el 49-50% que actualmente ocupa el petróleo en el mercado energético se mantendrá para entonces. Curiosamente, contradiciendo lo que algunos analistas han planteado, las fuentes alternas o renovables de energía solamente crecerán, en términos de consumo, en 1 ó 2%. Por su parte el carbón sufrirá de una continuidad en su decrecimiento como fuente primaria de energía para ubicarse en el 8% de la demanda –hoy día tiene el 11%.

Para descontento de los grupos ambientalistas y quienes defienden el protocolo de Kioto, las metas comportadas por el acuerdo, el cual se negó recientemente los EE.UU. a suscribir, se quedarán cortas ante una inevitable permanencia del consumo masivo de energéticos de origen fósil.

En realidad, la AIE establece claramente que para el año 2020 la demanda petrolera mundial se ubicará en 115 millones de bd, es decir aproximadamente 40 millones más que la actual. Las proyecciones de la AIE, organismo dependiente de la (%=Link(«http://www.oecd.org/»,»OCDE»)%), están formuladas, entre otros criterios, sobre la base de un crecimiento de la economía mundial estimado en 3.1% interanual y en un incremento de la población mundial en más o menos 1,4 miles de millones de personas.

De momento la desaceleración de la economía estadounidense y sus repercusiones sobre otras importantes economías mundiales, los precios altos que algunos atribuyen al petróleo y a la gasolina -particularmente en los EE.UU.- parecieran que atentan contra una expansión prolija de la demanda. Sin embargo, algunos analistas encuentran como positivo para el consumo petrolero este año aspectos como los altos precios del gas natural y el parco optimismo que todavía ronda sobre una posible recuperación de la economía estadounidense durante el segundo semestre del año.

Por lo pronto, el corto plazo depara un crecimiento moderado de la demanda para este año 2001 con perspectivas optimistas para el largo plazo. La Unidad de Estudios Petroleros del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela, ha estimado que la demanda petrolera mundial solamente aumentará en 1,2 millones de bd por este año, mientras que cifras algo mayores pronostica la (%=Link(«http://www.opec.org/»,»OPEP»)%) –1,5 mm bd.

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