Mundo Empresarial

El peor enemigo de las organizaciones es la incertidumbre

Por: Karina Licitra
@karilicitra

¿Qué pasa cuándo se está en la línea de salida de una carrera y no se sabe cuál es el camino que hay que recorrer? ¿Corres con tranquilidad o pensando que te vas a enfrentar a un laberinto donde no sabes con que tendrás que lidiar en la próxima esquina?

En la película “Maze Runners” los niños se enfrentaban a una pared y un laberinto. Desconocían que se escondía detrás de esa pared y eso les generaba ansiedad, miedo y resignación.

¿Qué hubiera pasado si los niños hubieran sabido de primera mano a qué se estaban enfrentando en el laberinto? Probablemente la película hubiera sido más corta al poder delinear un plan específico para cada escenario y huir mucho más rápidamente del laberinto. Suena lógico ¿No?

Lo mismo pasa en las organizaciones, pues en cierta forma, los empleados que no conocen a que se enfrentan o que esperan de ellos, se están enfrentando a un laberinto lleno de monstruos.

Un laberinto que puede ser aterrador, paralizador, desestimulante o inhibidor de la creatividad.

Planificación estratégica y la importancia de comunicarla

Aceleradora de empresas
Lo más importante de la planificación estratégica es comunicarla a todos los involucrados

Un trabajador que no conoce y maneja los lineamientos de lo que debe ser su desempeño laboral, será probablemente un trabajador sin rumbo y con baja productividad.

Un trabajador que no sabe ni que esperan de él, ni cómo sobrepasar esas expectativas. Por tanto, no rendirá lo deseado, ni para los estándares de la organización ni, muy probablemente, para sus estándares personales.

¿Y esto por qué sucede? Probablemente porque al trabajador no se le comunicó que esperaban de él y por tanto la planificación estratégica falló. Y esto tendrá un terrible efecto en ambos: organización y trabajador.

Involucrar a todos

Lo más importante de la planificación estratégica es comunicarla a todos los involucrados. Comunicar internamente lo que se espera, medirlo y dar retro-alimentación constante será la clave para poder desarrollar estrategias que ayuden al crecimiento en paralelo de la organización y de los trabajadores.

Todos deben saber si su plan lleva a A o lleva a B, y si están trabajando en función de llegar de la forma más eficiente posible. Sólo con el feedback acertado es que se podrán hacer las correcciones necesarias para ajustar, mejorar y seguir.

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Sólo con el feedback acertado es que se podrán hacer las correcciones necesarias para ajustar, mejorar y seguir

La planificación estratégica no es ni estática, ni inmanente. La misma debe ser adaptada a la realidad en la que se enfrenta cada empresa y el país donde la misma se desarrolla.

En este sentido, los principios de planificación (y de revisión) utilizados en Finlandia, probablemente no sean los mismos que se utilizarán en Venezuela.

Sin embargo, todos partirán del mismo objetivo: es necesario poder medir indicadores claves para evaluar el desempeño de la organización, así como de los trabajadores que hacen vida en ella.

Los indicadores que se midan deben ser pocos y que tengan el objetivo de evaluar factores claves a lo largo de la cadena de valor de la empresa, de forma que todos los procesos cuenten con indicadores de seguimiento.

¿KPI? ¿OKR?… ¿Con cuáles siglas nos quedamos?

Todos hemos escuchado de los KPI o key perfomance indicator.

Es la forma tradicional con la que se denomina los indicadores de desempeño que se evalúan en la organizaciones. Se determinan a partir de indicadores cuantificables y que determinan el desempeño de la organización.

(Investopedia, s.f.).

También puede ser que hayamos escuchado de OKR o objectives, key & results. Esta es la metodología utilizada por grandes empresas como Google y Linkedin y que se centra en enfocarse y priorizar. Se identifican cuáles son las metas y se delinea cómo alcanzarla. Son pocos los objetivos, pero retan constantemente a los trabajadores, haciendo que los trabajadores busquen dar siempre un poco más, al sentirse retados.

Las metas se evalúan constantemente con un número, haciendo que el trabajo de los colaboradores tenga un feedback que los haga, o mantener el impulso, o seguir trabajando para cada vez ser mejores.

(Van der Pol, 2014)

Con cuál metodología quedarse dependerá de los objetivos de cada organización, sin embargo lo clave será que los indicadores generen la suficiente información para poder evaluar correctamente el desempeño de los trabajadores, para poder generar el feedback adecuado, así como las recompensas cuando se amerite.

No existirá peor trabajador que el que no conoce su valor para la empresa.

Leer más en insightexplosion.wordpress.com

 

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