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CINE: Controversia política sobre dos películas de alto perfil

Como no sucedía desde hace tiempo, dos de las nueve cintas nominadas al Oscar de este año están causando  controversia en el panorama interno e internacional debido a los delicados temas tratados, ya que ambas se basan en operativos relativamente confidenciales del aparato de inteligencia estadounidense, una llevada a cabo hace tres décadas en plena crisis de los rehenes en Irán y otra de reciente data, sobre la cacería del  líder máximo de Al Qaeda. Se trata de “Argo” y “Zero Dark Thirty”, obras con las cuales sus directores –Ben Affleck y Kathryn Bigelow, respectivamente- han ganado sendos premios como mejor filme y mejor director, el primero en los Globos de Oro en Hollywood y la  segunda en el exigente certamen anual de la Asociación de Críticos  de Nueva York. Todo mientras ambos filmes cosechan una gran receptividad en la taquilla desde su estreno a fines del año pasado, especialmente en EEUU, donde –en plena crisis económica- hay un nutrido público deseoso de levantar su autoestima con logros nacionales.  Dado su éxito comercial,  cualquiera de los dos podría llegar a merecer el Oscar  –galardón que parecía  destinado al “Lincoln” de Steven Spielberg-, aunque  ambos cineastas  fueran ignorados para la categoría de mejor director.

Ciertamente no es la primera vez que una película de Hollywood levanta una polvareda en alguna parte del mundo, sea por sus elementos religiosos, raciales, eróticos o violentos, pero muy pocas han tenido repercusiones en el ámbito diplomático, recordando apenas las discutidas cintas de Hitchcock “Cortina rasgada” y “Topaz” en plena guerra fría, y la cinta del derechista John Wayne, “Las boinas verdes”,  hecha durante la muy criticada guerra de Vietnam.

La cacería a bin Laden

Ahora la cinta “Zero dark thirty”  (La noche más oscura), filmada parcialmente en Jordania y dirigida por la talentosa Kathryn Bigelow (ganadora de un Oscar por “Zona de miedo”) generó cierto malestar en medios conservadores de su país, mientras alimentaba las críticas internas  y en ultramar por los controvertidos métodos de tortura empleados para sacarle información a terroristas detenidos. Bigelow asegura que realizó el film con información obtenida de la misma CIA, pero ese ente de inteligencia –temeroso de repercusiones geopolíticas- tuvo que desmentir esa aseveración en un comunicado que publicó en su página de internet, donde el mismo jefe encargado, Michael Morell, afirmó que la cinta se tomó una excesiva “licencia artística” para dramatizar los hechos, al mostrar con gran realismo escenas que –en sus palabras- “no son una rendición fidedigna de esos métodos, ya descontinuados”.


A todo esto, Bigelow, lo contradice al afirmar en una entrevista: “Desearía que esa forma de tortura no haya sido utilizada, pero lo fue”. La controversia difícilmente se dilucidará mientras la película sea la puntera de recaudación en el norte, con la mayoría de los espectadores tendiendo a darle la razón a la audaz directora, según una encuesta. Por otra parte, el actor venezolano Edgar Ramírez (que aparece brevemente en la cinta como un agente de la CIA) apoyó a Bigelow al opinar ante  la prensa en el estreno: “Zero Dark Thirty presenta los hechos de una forma muy digna, sin sensiblerías ni agenda política”.)

Un rescate de película

Pasando a “Argo”, la cinta está gustando sobremanera en ese país por apelar al patriotismo, al mostrar en forma realista un arriesgado y exitoso rescate y la reacción de las violentas turbas que asediaron la embajada de EEUU durante  444 días, causando de paso un revés político para el presidente Carter y facilitando la llegada al poder de Reagan. Ciertamente, para los iraníes debe ser algo humillante presenciar en la pantalla el ingenioso engaño perpetrado por la CIA para rescatar a los seis funcionarios asilados en la embajada de Canadá, máxime cuando la obra disfruta de una amplia distribución y aceptación a nivel mundial. En Irán la respuesta ha sido prohibir la exhibición de la película, mientras un cineasta persa –un tal Ataolá Salmanian- anunció hace poco a través de la agencia noticiosa iraní MNA que “estaba trabajando en una película, titulada The general Staff, diseñada para dar una respuesta apropiada a la cinta anti-histórica Argo, mientras esperaba obtener el financiamiento de una organización islámica”. A todo esto, Affleck declaró que  “se sentía complacido y honrado que haya sacudido la opinión pública iraní y que su obra muestre la verdad de lo sucedido, por cuanto considera que en ese país existe un gobierno de corte represivo que falsea los hechos”. No hay duda que el cine de espionaje ha tenido un resurgimiento en tiempos recientes, en medio de los múltiples conflictos geopolíticos que vive el mundo de hoy.

 

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