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El arte de provocar risas en un país en crisis requiere de formación en serio

Lilia Malavé Gómez
@liliamalave

Juan Carlos Rodríguez es moreno, de ese color tostado con el que la genética ha dotado a tantos criollos y que luego el sol del trópico ha perfeccionado. Sin embargo, su cabello es rojo, todo un exotismo en latitudes venezolanas.

“En mi adolescencia tenía que explicarles a las chamas que me gustaban que no, que yo no me pintaba el cabello. Simplemente soy así, moreno pelirrojo, pero ellas pensaban que yo era gay y por eso me lo teñía de rojo. El chalequeo era terrible”, explica.

Durante su vida adulta, los ejercicios de autoaceptación se tornaron jocosos y, eventualmente, terminaba haciendo de sus memorias un chiste que detonaba carcajadas en familiares y amigos durante las reuniones. “Nos reíamos de eso y también de otras cosas, yo siempre tenía un cuento que daba risa”, asegura.

Este año, su esposa Alejandra vio la publicidad de un Diplomado de Humor en StandUp Comedy organizado por la Escuela de Humor y el Centro Internacional de Actualización Profesional de la Universidad Católica Andrés Bello. Inmediatamente pensó en él. “Ella me dijo: ‘Tienes que hacerlo’, y yo me animé, un poco para experimentar. Lo que no sabía es que la vivencia iba a ser tan buena”, asegura.

Así, tras dos meses de formación, el pasado 22 y 23 de octubre Rodríguez –ahora con el elocuente nombre artístico “El Rojo” -, pasó por la prueba de fuego: presentar su historia, la del moreno pelirrojo, en una rutina de cinco minutos ante el público que asistió a la muestra final del diplomado, show que tuvo lugar en Teatrex de El Bosque. El resultado fue bueno y las que siempre habían sido las risas de sus allegados, encontraron eco en el público asistente.

Entre las rutinas de los 31 participantes del diplomado, la de Juan y otros 17 humoristas resultaron seleccionadas para un nuevo ciclo de presentaciones que con el nombre de Graduados StandUp Comedy se realizó en noviembre en Caracas, en la sede de la Escuela de Humor en Chacao.

“Fue una experiencia indescriptible. Frente al micrófono, sientes mucha energía, ganas de pararte y decir todo lo que preparaste con tanta dedicación”, relata Rodríguez, quien es comunicador social y en sus tiempos de ucevista, formó parte de la selección de tenis de mesa de la Facultad de Humanidades y Educación, experiencia que en el futuro espera integrar a sus rutinas.

“Parte de lo que aprendí en este diplomado es no basar un espectáculo en material político, porque la gente se cansa de que le recuerden los problemas que estamos viviendo con la inflación, la escasez de gasolina o las colas para comprar comida. La tónica es escribir sobre la cotidianidad de forma que podamos todos, comediantes y público, divertirnos, reírnos y pasar un tiempo agradable. Esa es una consciencia que quizás hoy no tendría sin haber pasado por este programa”, afirma.

https://www.instagram.com/p/BamLNLPAWFY/?taken-by=elrojojuan

La importancia de la formación

Educar al comediante es un asunto más serio de lo que muchos piensan, asegura Marialejandra Fonseca, directora de la Escuela de Humor, iniciativa que organizó el diplomado. “La escuela nace en febrero de 2017 de la mano de Ron Chávez y Jorge Parra, con la visión de dignificar el oficio del comediante y crear en el público la importante consciencia de que el humorista tiene que formarse”, explica.

Tanto Chávez como Parra cuentan con notable trayectoria en el área: el primero es director de Improvisto, mientras que Parra, conocido como Domingo Mondongo, es fundador de Doctor Yaso. Con esa experiencia como base, se encargaron de crear un programa de formación que en siete módulos cubriera aspectos básicos que van desde la historia del stand up hasta la elaboración de historias y personajes cómicos.

Juan Carlos Rodríguez rescata el valor de cada uno de los contenidos impartidos: “Es cierto que la comedia sale de la experiencia de cada quien, de visiones particulares del mundo, pero con el diplomado uno entiende que hacer humor no es pararse a echar un chiste y ya; el asunto exige ser responsable y dedicarle tiempo para respetar al público”.

Además de la responsabilidad y cierta chispa que funge como materia prima, la técnica es necesaria para expresar las ideas de forma que la reacción obtenida sea una sonora carcajada, señala Fonseca: “No solo es escribir un chiste en función de una premisa y un remate, que ya requiere técnica; es la postura corporal, administrar la voz para una gira que pueda durar varios días. Ahí entramos nosotros, para guiar al interesado en ese proceso”.

En esa guiatura, jugaron un papel clave los docentes, entre comediantes de profesión como Alejandra Otero, Rey Vecchionace, José Rafael Briceño –en el módulo de trabajo de la voz–, Reuben Morales en el módulo de expresión y especialistas en manejo de mercadeo y redes sociales como Ana Isabel Otero, entre otros.

Adicionalmente, el diplomado contó con la participación especial de Emilio Lovera y Laureano Márquez, quienes compartieron con los participantes en una videoconferencia, inicialmente. Ya concluido el diplomado, en octubre, todo coincidió para que Lovera pudiera compartir con los jóvenes talentos en una conferencia privada cuya productividad resalta Fonseca: “Fue una experiencia muy motivadora para los participantes y para nosotros, que además le dio clausura al diplomado. Estamos muy contentos con los resultados y queremos seguir apostando por el talento nacional con otros talleres e iniciativas no solo en la rama de stand up sino en las de improvisación y clown, que también manejamos en la Escuela del Humor”.

https://www.instagram.com/p/BaUVUBCgd_x/?taken-by=elrojojuan

Un nuevo comienzo

El futuro apenas comienza para Rodríguez, de 30 años de edad y quien se dedica con su esposa a distribuir envíos a Venezuela desde el exterior, además de manejar una agencia de viajes y tours e, incluso, arrendar su casa a través de AirBNB para el turismo extranjero. Por los momentos, el negocio se mantiene: “Es difícil que la comedia sea la única forma de ingreso cuando se está empezando, pero mis expectativas han cambiado mucho. Hacer humor me gusta tanto, que quisiera dedicarme de lleno a esta pasión que ocupa mi mente todo el día”.

A corto plazo, le espera una presentación en la Liga Venezolana del Stand Up Comedy, que arrancó su tercera temporada el pasado 15 de noviembre. La presentación de Rodríguez, enfrentado a tres humoristas más por el trofeo de ser telonero para un espectáculo de Emilio Lovera, se realizará el 13 de diciembre a las 7:00 pm, en La Fontana Bar, en Las Mercedes.

Coordenadas:

Para saber más sobre futuras ediciones del Diplomado en Stand Up Comedy en alianza con el CIAP de la UCAB, presentaciones de los egresados –abiertas al público en general– y talleres en humor, puede escribir a [email protected].

En Instagram: @laescueladehumor

Juan Carlos Rodríguez “El Rojo” también tiene su usuario en Instagram: @elrojojuan

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