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Alfredo Paúl Delfino

El 5 de agosto de 1916, en la casa de Germán Paúl Pérez de la Cova y su amada esposa Ana Teresa Delfino Rodríguez, se escuchó el llanto inicial de un niño. Lo bautizaron pocos días más tarde, con el nombre de Alfredo. Hoy es un hombre realmente venezolano, realmente íntegro, realmente honesto, vertical a carta cabal.

Luego, tres años más tarde, nació Luisa Margarita, siempre llamada Margot, quien vino a poner belleza y bondad en la casa.
Muy pronto, apenas Alfredo había cumplido sus primeros cuatro años y Margot sus iniciales doce meses, la madre falleció, víctima de un cáncer a la edad de treinta y siete años; la crianza de los niños, bajo la tutela de su padre, quedó en manos de sus tías quienes la desempeñaron con absoluta eficiencia, tal como lo aprehendieron Alfredo y Margot.

Alfredo estudió en el Colegio San Ignacio donde recibió su título de bachiller al término del curso de 1934 y cuatro años más tarde, en 1938 obtuvo, en la Universidad Central de Venezuela, el título de Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas de manos del eminente cirujano y Rector Antonio José Castillo.

Muy pronto fundó, junto con los hermanos Eduardo y Carlos López de Ceballos, su Constructora CAMINOS, que como induce su nombre, se dedicó a construir vías de comunicación en la geografía de Venezuela, incluyendo importantes aeropuertos de la época. La aviación fue una de sus liberalidades.

El 27 de enero de 1945 se casó con la muy fina y bella Beatriz Alesia Vegas Pacheco, su idolatrada “musa” y Dios los bendijo con tres vástagos: Alfredo Luis en 1949, Ana Teresa en 1951 y Ana Luisa en 1953, quienes, con sus cónyuges, los poblaron de nietos y estos con bisnietos.

En agosto de 1962, el cáncer volvió a agredir a la familia, Cecilita Vegas de Pietri falleció y dejó viudo a Luis Pietri Lavié con sus muy jóvenes hijos. Alfredo, seguramente recordando su propia vivencia, y Alesia acogieron a Federica y a Fabiana, las hembras Pietri Vegas, y las criaron junto con sus propios hijos.

Las labores profesionales de Alfredo, fueron múltiples. Por razones familiares, representó las acciones que heredaron de su madre en las empresas cementeras y papeleras del Grupo Delfino. Su palabra, prudente y eficiente, siempre fue muy respetada y seguida, tanto en Cementos La Vega como en Papeles Maracay y en MANPA.

En 1973, en la Asamblea General de FEDECÁMARAS, fue elegido su Presidente para el período que concluyó en 1975. Grandes años para las empresas privadas nacionales.

Sus actuaciones en el campo agropecuario fueron de productor activo y de gremialista de la mayor comprensión colectiva, sin apartar sus convicciones fundamentales.

Alfredo y Alesia, nuestros queridos amigos, fueron compañeros de varias temporadas de esparcimiento marítimo en expediciones comandadas por los primos comunes, Emilio Conde Jahn y Valentina Delfino Arriens.

Alfredo Paúl Delfino, en todas sus actuaciones, públicas y privadas, ha sido un ciudadano verdadero, defensor de Venezuela por delante de cualquier valor mezquino, defensor de las empresas por delante de cualquier concepto trasnochado, defensor de la honradez y de la ética por delante de cualquier distracción moderna.

Cuando todavía comenzaba a trabajar muy duro para mantener su casa y su familia, antepuso las necesidades educativas de los niños venezolanos a la necesidad de colocar unas cortinas en el salón de su vivienda. No tenía recursos para cumplir con ambos objetivos. Así comenzó su colaboración con José María y José Manuel Vélaz, hermanos, sacerdotes jesuitas, a quienes le debemos esa obra universal que es Fe y Alegría.

Muchas han sido las oportunidades en las que Alfredo se retiró de una responsabilidad política o empresarial porque se ventilaban sucesos o situaciones que eran inaceptables a sus principios e ideales. También hubo situaciones en las que segó aspiraciones mezquinas ante la importancia de sus principios.

Solo para refrescar una de estas desagradables situaciones, recordaremos que durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez fue designado Presidente de VIASA y después que se enteró de manera detallada y directa del desastre laboral que existía y que era imposible revertir, renunció a la función y debemos destacar que mientras la desempeñó, pagó a precios públicos los pasajes que utilizaron él y Alesia. Otros eventos, los omitimos para evitar las necesarias y desagradables menciones de nombres propios.

Para celebrar los primeros CIEN años de Alfredo, junto con su familia, nos han invitado a un evento perfectamente encuadrado dentro de su manera de ser: comenzará con una misa de acción de gracias oficiada en su casa por su amigo Luis Ugalde s.j. y de seguidas se compartirá una merienda con familiares y amigos.

Alfredo ha pedido que se abstengan de llevarle regalos y que en su lugar, dirijan colaboraciones a las obras de Fe y Alegría. Una obra de la calidad y de la integridad congruentes con las de su promotor.
rafael862@yahoo.com
@rafael862

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Un comentario

  1. Muchas gracias por reproducir esa semblanza, que bien recogió su personalidad y principales aspectos profesionales, así como su preocupación social.

    Alfredo Luis Paúl V.

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