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Anomia, abulia, apatía, anarquía

Carlos Armando Figueredo

Hay palabras de origen griego y latino que están muy presentes en la gravísima crisis que  vive Venezuela, que son anomia, abulia, apatía y anarquía. Veamos:

Anomia, en griego ἀνομία, palabra que no se utilizaba en la Grecia antigua y que es la carencia de leyes y que fue utilizada por primera vez por el sociólogo y filósofo francés Emile Durkheim y seguida por otros sociólogos como Talcott Parsons y Robert Merton, y que se reffiere a la carencia –y podría decirse al irrespeto− de leyes.

Abulia, en griego αβουλία, o sin voluntad, y que según el Diccionario de Real Academia Española es “es la falta de voluntad o la disminución notable de su energía. Se trata de una alteración en la fase preliminar de la actividad voluntaria, donde el deseo o la decisión de concretar una acción se ven perturbados.

Apatía, del latín apathia, tomada de griego ἀπάθεια que no es otra cosa que el desgano, la desidia, el hecho de estar sin ganas de hacer nada.

Al principio se dice que esas palabras están muy presentes en la gravísima crisis que  vive Venezuela. ¿Por qué se dice?

En cuanto a la anomia vale la pena lo que Francisco Rodríguez dice en un artículo titulado Anomia y Pulverización Social :  

La sociedad venezolana hoy está sometida al “marasmo” de una anomia estructural salvaje que ya se ha hecho crónica. Pero estamos proponiendo el concepto de “pulverización social” como una categoría que explica mejor que el concepto de anomia lo que realmente está ocurriendo hoy en nuestro país. Lo que está pasando en nuestro país va mucho más allá de una situación de anomia. No es simplemente un desarreglo importante en el funcionamiento de la sociedad lo que nos esta pasando; es una explosión-implosión total de las normas y los valores y de las estructuras reguladoras en general que nos está colocando al borde de la desaparición como grupo humano, como sociedad. Es el concepto mismo de humanidad, de ser humano y de lo social lo que está a punto de desparecer en nosotros. A este fenómeno lo hemos denominado como “pulverización social” porque se trata de la “reducción a polvo” de todas las estructuras sociales y culturales, todas las estructuras ético-normativas y de toda la subjetividad de las personas que por esta causa están entrando en una etapa de pánico por la falta de predictibilidad y por tanto de controlabilidad de su mundo, de los otros y del sí mismo.

Abulia es falta de voluntad. Se dice que quien no quiere comer padece de bulimia, de anorexia o falta de apetito, pero cuando aquí hablamos de abulia nos referimos a la actitud de muchos venezolanos que no quieren hacer nada que conduzca a la recuperación de la democracia y la libertad, pero que son muy expertos en criticar a los líderes de la oposición.

Anarquía: proviene del griego  ἀναρχία que significaba falta de poder o mando. Para Homero y Heródoto, ἀναρχία  era una condición en la que un grupo armado o un ejército carecía de jefatura.

Es indudable que en Venezuela hay anarquía ya que no se sabe quien manda, ¿si  Maduro, si Diosdado, si la Sala Constitucional del TSJ, si la Asamblea Nacional Constituyente, si los militares, si Cuba?

No hay que confundir anarquía con el movimiento anarquista, con el anarquismo. Los anarquistas no obedecen al gobierno, no respetan leyes pero sí cumplen con los contratos a cabalidad. En Venezuela no hay esos anarquistas, pues no siempre se cumplen los contratos y la anomia impera entre une gran mayoría de venezolanos.

Hay otro término, no incluido en el título de este artículo, que es indiferencia. Tiene que ver con apatía y abulia y procede del latín indiferentia que significa falta de diferencia, de desavenencia. Quienes practican la indiferencia son indferentes. En Venezuela hay muchos de ellos: los que son abúlicos y apáticos ante la grave crisis que afecta al país; quienes, sin considerar el sufrimiento de la gran mayoría de los venezolanos por el hambre, la falta de medicamentos, la incapacidad de pago de los bienes y servicios a causa de la hiperinflación, con un salario mínimo que no alcanza para nada. Frente a tales desgracias hay gente que gasta una fortuna en fiestas, que se da toda clase de lujos sin importarles los que sufren.

Si queremos salir de la dictadura que nos oprime, si queremos libertad democracia, nivel de vida adecuado, si queremos que no haya anarquía, no podemos ser apáticos, abúlicos e indiferentes. Tenemos que unirnos sin distinción de credos, clases sociales, ideas políticas.

Hace falta unión para aprovechar el inmenso respaldo internacional que se nos está dando, para dejar atrás las apetencias personales y buscar un entendimiento en busca de los líderes que Venezuela viene añorando.

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