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Carta Pública: Hija de exiliado escribe a Ramos Allup

Diputado Ramos Allup, ante todo permítame felicitarle por su reciente juramentación como Presidente de la Asamblea Nacional del cambio y el progreso. Con su designación quienes como yo tenemos a algún perseguido político entre nuestros familiares, nos sentimos confiados en que en el menor tiempo legal posible se estará dando en el seno del hemiciclo las primeras discusiones de la Ley de Amnistía, con la cual recuperaran su libertad los presos políticos y podrán retornar al país por la puerta grande los centenares de asilados que hoy sufren por el dolor que genera la patria ausente.

Soy hija de Oscar Pérez, me siento muy orgullosa del padre que tengo. De volver a nacer y tener la posibilidad de escoger a alguien como padre tenga usted la plena seguridad que no dudaría ni un solo segundo en escogerlo a él, pues además de buen padre es un incansable luchador social y político que sin descanso alguno, como a usted bien le consta, se ha dedicado a tiempo completo a luchar por las más nobles causas democráticas libradas pacíficamente pensando en el futuro de todos los venezolanos.

A mi padre en nombre de la MUD le tocó organizar y convocar el 22 de agosto de 2009, como en muchas otras ocasiones, la marcha en rechazo a la aberrante Ley de Educación aprobada por la ya fenecida Asamblea Nacional tristemente presidida por Diosdado Cabello. Esta movilización permitió convocar a miles de venezolanos que en las calles rechazaban se pretendiera ideologizar a sus hijos. Esta marcha fue salvajemente reprimida por la Guardia Nacional y horas después responsabilizaron a mi amado padre de las salvajadas que solo ellos protagonizaron; imputándole infundadamente desde el Ministerio Publico delitos como instigación a delinquir, asociación para delinquir y hasta terrorismo.

Aún recuerdo cuando en la noche del 27 de agosto de 2009, mi padre me informaba, en compañía de mi madre y mi menor hermana, su decisión de ponerse a derecho y enfrentar al oprobio disfrazado de justicia que ese día le había decretado privativa de libertad. Al unísono sus mujeres, como él nos llama, le exigimos y hasta rogamos no se entregara pues solo lograría que lo humillaran y peor aún pudiesen atentar contra su integridad física. Por lo que en familia y con la fe puesta en Dios decidimos que el exilio era lo mejor en ese momento como trinchera de lucha por el futuro del país. Desde ese día mi padre no ha podido estar donde tanta falta hace; en su hogar, con su familia.

Apreciado Diputado, con los presos políticos también están encarceladas sus familias y seres queridos, que sufrimos a diario por el injusto encierro de esa persona a la que tanto amamos y admiramos. De igual forma por cada exiliado son decenas de familiares que sufrimos en carne propia el destierro de los afectos, los abrazos y las miradas de esa persona que tanto queremos; por lo que me atrevo a expresarle que no existe lucha más justa y noble que aquella dirigida a acabar con la persecución política y procurar la más pronta libertad de quienes son víctimas de ella.

Desde muy joven he conocido de cerca la lucha por la libertad de los presos políticos en Venezuela, pues mi padre fue uno de los pioneros de ella. Por lo que entiendo muy de cerca lo que sufren las madres, los padres, esposas e hijos, hermanos, amigos y compañeros de cada uno de los que han ofrendado su libertad pensando en el futuro de Venezuela. Por todos ellos es que la Ley de Amnistía en el menor tiempo posible, tal como usted anunció el día de hoy, debe ser aprobada y así comenzar a avanzar a la paz definitiva en nuestro país.

Venezuela con los brazos abiertos espera como rocío mañanero la libertad de Antonio Ledezma, Leopoldo López, Daniel Ceballos, Manuel Rosales, Iván Simonovis,  los funcionarios de la Policía Metropolitana  y de los más de 80 presos políticos secuestrados en las mazmorras del régimen chavista. Venezuela aguarda con ansias patrias el retorno de los desterrados; de esos que con lágrimas en los ojos y con el peso de la injusticia a sus espaldas debieron abandonar el país en búsqueda de libertad. Siéntase usted orgulloso, junto con el resto de nuestros Diputados, pues con la Ley de Amnistía definitivamente se está colocando del lado correcto de la historia.

A los 112 Diputados del cambio y el progreso le damos las gracias, pues nos han devuelto las esperanzas de ver pronto en casa a nuestros seres queridos, hoy perseguidos políticamente por el solo hecho de pensar distinto y apostar a una mejor Venezuela.

Dios lo bendiga.

Osmary Pérez
Hija de Oscar Pérez / Asilado Político en Perú

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