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Con el mazo dando

La hegemonía comunicacional se ha convertido en una forma de proteger a la casta corrupta, reforzando la impunidad con la que la presidencia bicéfala de Maduro-Cabello viola de manera sistemática la Constitución, sobre todo los artículos 57 y 58 referidos a la libertad de expresión y de información.

Ya no es suficiente con cerrar los medios de comunicación y perseguir a los periodistas. A esto se suma ahora la compra de grandes diarios y televisoras  a través de testaferros boliburgueses y empresas de maletín.

Judicializan y criminalizan a la disidencia y a las opiniones políticas distintas a un modelo de estado delincuente que ha sustituido al Estado de Derecho y que ha convertido a los jueces en sicarios judiciales de un régimen autocrático y militarista.

Es así como se inicia de manera ilegal, violando el debido proceso y el derecho a la defensa, una acción penal contra Teodoro Petkoff y los directivos de Tal Cual, a raíz de la opinión de Carlos Genatios, articulista de ese medio, que se refería al tema de la inseguridad señalando que Cabello había comentado públicamente que “a los venezolanos que no les gustara la situación del país, se fueran de Venezuela.”

Cabello, sin solicitar derecho a réplica ni rectificación alguna, le ordenó al tribunal a cargo de la jueza Bárbara César, iniciar una acción penal que la misma, sin ninguna motivación ni justificación, llevó a cabo procediendo con la prohibición de salida del país de Teodoro Petkoff y demás directivos del periódico, así como con la obligatoriedad semanal de presentación ante el despacho judicial correspondiente.

Ambiciosas y desmedidas son las ansias de poder de Diosdado Cabello, lo cual lo hace intolerante ante cualquier crítica o señalamiento, a pesar de que él, todas las semanas a través del canal del Estado, que debería ser de todos los venezolanos, “Con el mazo dando“, irrespeta, insulta, descalifica y difama a cualquier ciudadano, indicando ilegalmente a cuerpos policiales y tribunales que investiguen y persigan a los supuestos enemigos de la revolución, sin pruebas ni fundamentos y sin que nadie tenga derecho a la defensa. Con absoluta impunidad presenta audios, videos y correos electrónicos de supuestos conspiradores, lo cual además es violatorio de la Constitución y las leyes venezolanas.

En nuestro país, la kakistocracia (el gobierno de los peores) restringe y censura el derecho a la libertad de expresión, de opinión y de información de manera sistemática lo cual está suficientemente documentado ante el Sistema Interamericano de  los Derechos Humanos del cual se ha salido el actual régimen precisamente para evitar ser sancionado por las agresiones y la violencia de las que han sido víctimas periodistas y medios de comunicación.

En el pasado reciente, me sentí obligado de acudir a un tribunal a demandar por difamación a Mario Silva que en el programa La Hojilla tenía una práctica similar a la de Cabello y realizó señalamientos injuriosos y totalmente falsos en mi contra. En ese momento, dije en la audiencia ante el tribunal que los hombres públicos debemos tener un umbral muy alto de tolerancia frente a las críticas y opiniones contrarias propias del debate político democrático pero lo que resulta inadmisible son los ataques cobardes abusando además de un poder mediático ejercido hegemónica e irresponsablemente para destruir moral y socialmente al que consideran enemigo del “proceso”.

En esa oportunidad, a pesar de todas las pruebas y alegatos que presentamos, no solo en mi caso sino también en el del editor de El Nacional, que defendía el honor de su señora madre, esa gran mujer venezolana que fue María Teresa Castillo, Mario Silva, lejos de ser castigado como merecía, fue protegido por el tribunal que no solo no exigió ninguna rectificación de su parte sino que prácticamente le concedió un aval para seguir destruyendo y descalificando.

Por cierto, meses después, el diputado Ismael García presentó un audio en el cual Mario Silva descalificaba y señalaba las prácticas corruptas de Diosdado Cabello como una amenaza para el proceso revolucionario, en una supuesta conversación con un oficial de inteligencia del G2 cubano. Esta fue la razón por la cual, el programa La Hojilla y su conductor Mario Silva fueron finalmente sacados de la parrilla de VTV y se dio inicio a una investigación en la Fiscalía General de la República de las gravísimas denuncias que Silva hizo contra Cabello, sin que  hasta ahora se conozcan los resultados de la misma.

En el caso de Teodoro  Petkoff, lo que sorprende es que, por la simple mención a Cabello en un artículo de opinión de Carlos Genatios, se haya iniciado, violando absolutamente el debido proceso, un ataque desproporcionado al diario Tal Cual y a su fundador y director.

Todos los venezolanos deberíamos rechazar este proceso judicial ilegal y violatorio de la Constitución contra Teodoro Petkoff, Carlos Genatios y demás directivos de Tal Cual porque forma parte de los ataques sistemáticos contra la libertad de expresión, como una nueva demostración, por si alguna duda quedaba, de que estamos frente a una cleptocracia y kakistocracia donde un régimen militarista y corrupto pretende sustituir a la democracia y a la República civil.

(Crédito imagen Noticias24.com)

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