Con la Iglesia hemos dado Sancho
Esta expresión del Quijote ha dado lugar a muchas interpretaciones, sobre todo por la respuesta de Sancho al contestar: «…y quieraDios que no demos con nuestra sepultura».
En la historia han sido muchos los casos en los que la Iglesia se ha enfrentado a gobiernos autoritarios, dictatoriales e incluso totalitarios. En cada ocasión lo ha hecho adecuado a la circunstancias. Y para referirnos a la historia patria, no puede olvidarse la importancia que tuvo en la caída de la dictadura del general Pérez Jiménez la carta pastoral del arzobispo de Caracas monseñor Rafael Arias Blanco, leída en todas las iglesias del país.
Situaciones similares tuvieron importancia en países tan diversos como Nicaragua, El Salvador y Polonia, en los que una actitud firme de la iglesia católica, frente a gobiernos despóticos, contribuyó a su desmantelamiento.
El tema central de esas actuaciones ha sido, y seguirá siendo, que la luz espiritual es más poderosa a la larga que el poder de las armas. Vale la pena siempre recordar la pregunta de Stalin al Papa cuando sarcásticamente le interrogaba sobre la cantidad de divisiones de las que disponía el Vaticano. Por supuesto que con ninguna, salvo la más poderosa: vencer la oscuridad a través de la luz de la espiritualidad.
Ahora en Venezuela la Iglesia ha tomado el liderazgo de la acción al llamar a las cosas por su nombre, y exigir que cese la persecución política, que el pueblo pueda expresarse libremente a través de elecciones, que se abran espacios para la ayuda humanitaria y que se produzca un cambio en el modelo político y económico, que conduzca a la salvación del país en un clima de concordia y paz.
La respuesta del régimen, por ahora, ha sido intentar acallar esas voces y proclamas satanizándolas. Pero topar con la Iglesia no es poca cosa en un país de católicos en el que, para dar solo un ejemplo, el día de la Divina Pastora, se concentraron para honrarla más de 4 millones de feligreses en Barquisimeto.
Este sábado 20 de enero el Cardenal Baltazar Porras pronunciará su pastoral y esperamos que el gobierno entienda que, como dijo Sancho, no debe ser para dar con la sepultura, sino para entender que de una buena vez hay que abrir el espacio para una salida democrática, pacífica y electoral.
