¿Contra el mundo?
La patraña electoral del domingo 30 de julio, en la que unos imaginarios “8.089.320 venezolanos” votaron por los integrantes de la constituyente convocada a trancas y barrancas por Maduro, profundiza el aislamiento internacional de su dictadura.
Es impresionante cómo el mundo está reaccionando contra la fábula numérica del CNE con la que los opresores del pueblo venezolano pretenden vestirse con un respaldo popular que no tienen. Ya varios de ellos venían siendo imputados y sancionados individualmente por sus tropelías y violaciones de los derechos humanos, y por sus deleites con los negocios de la narco-corrupción. El intento de aferrarse al poder mediante el fraude constituyente, al comportarse como magos que sacan de un sombrero votos inexistentes, los lleva ahora, salvo las pocas solidaridades compradas, a un aislamiento ecuménico. De todas partes, gobiernos y variadas instancias internacionales advierten que no reconocerán la constituyente espuria.
Creyendo que un escándalo se tapa con otro escándalo, la dictadura de Maduro ha revocado el arresto domiciliario de Antonio Ledezma y Leopoldo López, casos emblemáticos de la persecución política imperante en el país, y los ha regresado a la cárcel militar de Ramo Verde. Pero, de nuevo, el repudio mundial no se ha hecho esperar. Nada menos que la ONU, a través del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zaid Ra’ad Al Hussein, expresó que le “preocupa profundamente que los líderes opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma hayan sido nuevamente puestos bajo custodia de las autoridades venezolanas tras la revocación de su arresto domiciliario”, y llamó a Maduro “a liberar de inmediato a todas las personas detenidas por ejercer su derecho a la libertad de reunión pacífica, de asociación y de expresión”. Y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, tildó de “injustificados” los arrestos de Antonio Ledesma y Leopoldo López y solicitó “la posibilidad de congelar los activos e imponer una prohibición de viajar a la Unión Europea a los miembros del Gobierno de Venezuela, entre ellos su presidente, Nicolás Maduro, y su entorno”. Manifestaciones parecidas han aparecido desde otros espacios del escenario internacional.
Si se está contra el mundo, el mundo comienza a cerrar puertas de entrada.