Coyuntura bíblica
Eduardo Soto Alvarez
La Casa Amarillista, ha emitido últimamente una serie de comunicados, pletóricos de elogios sobre procesos para elegir Jefes de Estado o de Gobierno, celebrados en unos cuantos países de varias partes del mundo.
Cualquier desprevenido pudiera pensar que los chavistoides desbordan de fervor electoral, pero al revisar el asunto más de cerca, salta a la vista que en realidad son partidarios de procesos electorales acomodadizos, efectuados en condiciones ventajosas, con resultados para nada sorpresivos, que renuevan mandatos a quienes ya ejercían el poder.
Los comicios objeto del encomio chavistoide, se han celebrado en Granada, República Popular China, Rusia, Antigua y Barbuda, Costa Rica, Egipto, Azerbaiyán y Cuba. Todos estos procesos lógicamente terminaron en reelección o, como en el caso del nuevo Presidente cubano – escogido a dedo y luego consagrado por la asamblea castrista, por 603 de los 604 votos posibles, aunque con farisaica modestia digan que no hubo unanimidad- quien afirmó de inmediato que las decisiones importantes las seguiría tomando el Mandatario anterior. En realidad, la única excepción fue Costa Rica, lo que explicaría entonces que su comunicado oficial haya sido, con mucho, el más breve y sobrio de toda la serie.
Ante las críticas de la comunidad internacional en demanda de elecciones justas, libres y transparentes el venidero 20 de mayo, la respuesta chavistoide evade siempre el fondo del problema. Se limita a invitar para que observen el proceso, pero no ofrecen las necesarias garantías de circulación y acceso, indispensables para cumplir a cabalidad tal cometido; aunque, en todo caso, el régimen sería incapaz de cumplir sus promesas y menos a quienes no hayan avalado previamente la jugarreta electoral.
Detalles de este tipo, revelan más allá de las palabras, la verdadera naturaleza del régimen, cuyo capo se apresuró a trasladarse a La Habana, para renovar personalmente la costosa idolatría por el castrismo, compinche de casi veinte años en la depredación del país.
En esta coyuntura, es importante tener presente la milenaria sabiduría bíblica: Por sus hechos los conoceréis y el que tenga ojos que vea bien, lo que acontece a diario, por ahora, en la afligida patria de Bolívar.