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Desprecio al conocimiento y al pensamiento crítico

El fascismo implica entre muchas otras cosas un desprecio a la cultura, a la ciencia, a la creatividad y a la inteligencia. El fascismo sigue siendo, un totalitarismo borroso, un collage de diferentes retóricas políticas donde priva una poderosa oratoria de sincretismos reaccionarios. El socialfascismo bolivariano como expresión del neofascismo del siglo XXI puede definirse como un  irracionalismo reaccionario que rechaza el pensamiento crítico y que reivindica el pensamiento único y el obscurantismo.

Prueba de ello es el nefasto proyecto de ley que consta de 40 artículos, y 2 disposiciones transitorias elaborado por la Comisión de Ciencia y Tecnología e Innovación de la Asamblea Nacional (AN), y aprobado en primera discusión por la mayoría genuflexa de la AN, en el cual se decreta la desaparición del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Este infausto proyecto de Ley recurre en forma reiterativa a una perversa neolengua-facha basada en un  léxico falaz, verborreico y descontextualizado con la finalidad de justificar la eliminación del IVIC, y de engañar y confundir al lector.

Los inquisidores del siglo XXI igualmente recurren a una retórica basada en la mentira y el resentimiento para justificar la desaparición del IVIC. Afirman que el nuevo instituto tendrá por objeto la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación, democratización y divulgación, la formación de capacidades humanas, la prestación de servicios y asesorías. Es eso lo que precisamente ha realizado el IVIC de manera excelente desde su fundación (9/02/59). Producto de las investigaciones realizadas en sus diversos departamentos se han resuelto problemas médicos asistenciales, de contaminación ambiental, de desarrollos tecnológicos, de agricultura y agroindustria, entre otros. De sus aulas se han graduado miles de profesionales de cuarto nivel, gracias a una escuela de postgrado reconocida internacionalmente. Desde sus laboratorios surgieron los investigadores que posteriormente fundaron al INTEVEP de PDVSA, la Fundación Ingeniería y el Instituto IDEA. Ello aunado a la publicación de miles de trabajos de investigación de alto impacto en áreas tan diversas como: Antropología, Biofísica y Bioquímica, Biología Estructural, Ecología, Estudios de la Ciencia, Estudios botánicos y Agroforestales, Física, Ingeniera de Materiales y Nanometales, Medicina Experimental, Química, Microbiología y Biología Celular, Oceanología y Estudios Antárticos, Matemáticas, entre otros). Por ello es un exabrupto la decisión aprobada por los eunucos rojo-rojitos de la AN (18/11/2014) para disolver el IVIC y crear una institución nueva (IVECIT) para que haga lo que IVIC ha venido realizando desde su fundación.

Otros de los argumentos esgrimidos por estos farsantes es que “la ciencia no estará encerrada en laboratorios, se permitirá que el pueblo y las comunidades construyan permanentemente elementos tecnológicos para la transformación del país”. Afirmación que solo es propia de ignorantes de oficio o castrados mentales al servicio del régimen. La ciencia como disciplina orientada a desentrañar los misterios del universo ha sido y será una actividad propia de los laboratorios, realizada por personal altamente especializado. Hablar de darle un baño de pueblo a la ciencia o cifrar el desarrollo del país en la tecnología artesanal es una falsedad propia de porteros de burdeles.

Además, si algo ha caracterizado estos últimos 3 lustros ha sido una sistemática subestimación del sector ciencia y tecnología del país. No es secreto para nadie el estancamiento y retroceso del sector científico-tecnológico gracias a las políticas equivocadas del tte coronel y ahora del ungido Maduro. Venezuela ha pasado de ser el país de referencia obligada en el campo de la educación y la ciencia en América Latina, para transformarse en un país donde las Universidades Nacionales y Centros de Investigación son asfixiados presupuestariamente, los financiamientos a proyectos son otorgados por lealtad al proceso político y no por los méritos científicos, donde se ha vulgarizado y degradado el concepto de la investigación y se descalifica y estigmatiza al investigador. El lograr el desarrollo científico-tecnológico que el país requiere dependerá de la existencia de centros de investigación e investigadores de alta calidad, es decir de muchos IVICs.

Ciencia no es usar nuestros recursos para comprar satélites a los chinos, no es “respetar la identidad, las lenguas y religiones, la cosmovisión, la espiritualidad y los lugares sagrados y de culto”, no es igualmente supeditar su desarrollo a un adefesio como lo es el Plan de la Patria. Ciencia y tecnología es lo que ha venido haciendo en el IVIC en estos 55 años de existencia.

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