Difícil entender imposibilidad de acuerdos
El país está en uno de los peores momentos de su historia. La gente prácticamente huye porque no encuentra cómo vivir ante la inseguridad, el desabastecimiento, las fallas recurrentes en todos los servicios públicos, y encima de todo eso, la mayor hiperinflación del planeta.
Esa dramática situación no parece hacer mella en los dirigentes políticos, tanto del gobierno como de la oposición. Para ellos todo se reduce a dar discursos en los que para unos todo va bien, dentro de la tormenta, mientras que para los otros esto debe terminar ya, pero no se ponen de acuerdo en el cómo.
Ante esto, la inmensa mayoría de los venezolanos o está desconcertada o peor aún desesperanzada y solo luchan de manera concreta los estudiantes, las enfermeras, algunos sindicatos y el resto se debate en el qué hacer.
No pretendemos negar el esfuerzo de opositores que recorren el país o el resto del mundo alertando e informando sobre lo mal que está todo en Venezuela, pero eso no es suficiente si cada uno lo hace por su lado, sin entenderse con otros que están en su mismo papel.
Sin unidad de criterio, sin coherencia en el mensaje, sin abandono del protagonismo individual, sin renunciar a las aspiraciones presidenciales, sin entender que son más importantes las coincidencias que las divergencias, en fin, si amar más a Venezuela que a si mismos, será prácticamente imposible superar esta etapa de destrucción terminal.
Este es uno de los momentos en que todos debemos practicar la autocrítica y ver cómo podemos superar los impulsos personales para sumarlos en uno colectivo, que permita romper el círculo vicioso en el que estamos encerrados.
