El acuerdo climático de París
Entre tan malas noticias que nos inundan cada día la prensa nacional e internacional, el Acuerdo Climático de París es una bocanada de aire fresco para la humanidad. Han pasado muchos años de decepción y frustración por la falta de comprensión por parte de algunos países de lo grave que es el efecto invernadero y los fracasos en Kyoto y Copenhague ya no son sino malos recuerdos de una falta de solidaridad mundial.
Este acuerdo va a definir lo que sucederá en lo que resta del siglo XXI y definirá la suerte de muchos habitantes del planeta y en particular de los más expuestos que viven a nivel del mar.
Es un hecho sin comparación en la historia universal que 200 países hayan acordado transitar la vía de una economía baja en carbono.
Para nuestro país implica entender que tenemos que superar la condición de eternos rentistas del petróleo y empezar a diversificar nuestra economía y potenciar el talento creativo para desarrollar alternativas creativas hacia una nueva política energética que nos haga menos dependientes de seguir quemando fósiles.
El reto de Venezuela es modernizarse y superar los debates ideológicos estériles basados en ideas que tuvieron su razón de ser en el siglo XIX, pero que en el XXI no sólo son anacrónicas, sino lo que peor, perjudiciales para nuestra superación como país.
