El circunloquio del RR
La decisión del CNE hace prácticamente improbable el Referendo Revocatorio en lo que queda de este año (2016) lo cual incrementa la angustia y la incertidumbre de la población, mientras tanto, la clase dirigente pareciera no tener una explicación convincente, así como tampoco una alternativa.
El lenguaje político de la clase dirigente es un circunloquio, una perífrasis que deja al descubierto la precariedad del debate teórico sobre los intereses políticos en juego donde la retórica, es como una especie de lenguaje clásico de ley en Grecia donde la preocupación era asegurar a las leyes un carácter inteligible, como una manera de sustraerlas de lo aleatorio del devenir sin tomar en cuenta el empobrecedor debate de la democracia como un conjunto de derechos de prácticas precisas y limitadas divorciada de la perspectiva social deseada.
La discusión hasta ahora, ha estado circunscrita a un problema de leyes subestimándose el debate del modelo político a sustituir, hemos dedicado demasiado tiempo al debate constitucional sin reparar que los canales de esta discusión están taponeados por un régimen totalitario que tiene una alianza geopolítica y geoestratégica a nivel internacional que no comulgan con la democracia liberal que se practica en las sociedades occidentales.
La clase dirigente se ha equivocado al creer que en el espacio público del país estaba materializado la convicción democrática y que sólo era cuestión de reactivarlo con la presión social de calle, mientras que la presión internacional se encargaría del debate de la dignidad humana a través de la discusión de los derechos humanos como factor imprescindible del análisis de los problemas a resolver, mientras que los partidos políticos de lo único que tenían que ocuparse era el definir una hoja de ruta electoral olvidándose que a este régimen, le sabe a casabe el protocolo democrático de la alternabilidad lo cual ha quedado demostrado con el despojo al Parlamento de las funciones que por ley le corresponden, siendo que el Ejecutivo ha pasado a ser el único poder real del país, pues todos los demás, están subordinados a sus decisiones. Mientras los venezolanos continuamos desinformados políticamente como lo estaban los británicos y los franceses en 1938, durante la crisis checa, mientras que paralelamente crece la incertidumbre y aumentan los miedos.
La pregunta que nos hacemos los venezolanos de a pie es; ¿hasta dónde nos conducirá la dramática situación económica que está matando de inanición a un buen número de venezolanos? Mientras que el conflicto político continúa sin resolver el problema de la gobernanza efectiva de un régimen que somete al desamparo a los venezolanos por la vía del control de los militares.
¿Continuaremos insistiendo en la acción no violenta como una especie de ayuno indefinido en pro del reconocimiento de la democracia, los derechos humanos y los derechos políticos constitucionales?
El discurso Gandhino de la no violencia, ha sido hasta ahora deficitario políticamente, pues ha estado huérfano de una política alternativa al chavismo. ¿Corregiremos esta falla o continuaremos en el circunloquio del RR, sin más política que la puramente electoral?
