El largo camino hacia un cambio
Las elecciones del 6D son el primer paso para el cambio necesario en nuestro país. Luce hoy, más que probable, que la oposición obtenga una mayoría en la Asamblea, lo que no está aún determinado es cuán grande será. La tarea del gobierno pareciera ser, no la de ganar, sino reducir la brecha del triunfo opositor. ¿ Lo logrará?, eso está por verse, el malestar es creciente y el fantasma del voto castigo desvela a dirigentes oficialistas.
En todo caso, sea cual fuere la mayoría con la cual finalmente se imponga la alternativa democrática, quiéranlo o no los gobernantes actuales, se abrirá, a partir del 7D una nueva realidad en el país, en la que se pondrá en juego el tradicional oportunismo venezolano que suele jugar y acostarse a la sombra del vencedor.
El gobierno podría estar pensando que si la mayoría no es aplastante pueden voltear la tortilla con unos pocos Sánchez y Ojedas, sin embargo, esos personajes se caracterizan precisamente por el olfato y rápidamente interpretan por donde sopla mejor el viento y no necesariamente estarían dispuestos a trasmutar posibilidades ciertas con promesas más o menos vacuas, aún siendo sustanciosas.
Lo más probable que ocurra es que se abra un espacio para la negociación que, en otras palabras, sería el inicio del camino hacia una transición democrática.
Nadie puede asegurar que ese lapso sea calmo, son muchos los intereses en juego y las rivalidades ocultas de hoy se harán públicas a la luz del día, por lo que cada uno de los bandos en juego tratará de sacar los mayores beneficios de una negociación que los libre de pecados y condene al que no forme parte de un acuerdo.
Lo que sí luciera evidente es que la prepotencia suicida de los últimos tiempos será sustituida por un diálogo accidentado, en el que se buscará a quien echar la culpa y castigar por los desmanes ocurridos en estos lustros
Ciertamente, vamos a entrar en una nueva etapa a partir del 6D que deberá ser manejada con mucha destreza, prudencia e inteligencia. Tener mucha paciencia y ser asertivos en las decisiones que se tomen, pues de lo que se trata es de recuperar la institucionalidad democrática y restablecer la normalidad de la República. Un camino que necesariamente habrá de ser lento y complejo por la gran cantidad de aspectos y problemas involucrados, pero que necesariamente tendrán que desembocar en algún tipo de acuerdos mínimos que eviten cualquier tipo de rupturas abruptas dentro de cualquier proceso negociador.
No hay duda de que los ´´parásitos´´ de la política buscarán permanecer dentro del nuevo juego y sus reglas ; otros se rasgarán las vestiduras ; y otros, quizás una minoría, asumirán su papel con entrega y dignidad para el mejor servir a su país y contribuir al restablecimiento de la unidad y la paz ciudadana. Esos son los mejores y sobre los cuales habremos de fijar nuestra atención. Pero puede que lo mas importante sea el que por primera vez en muchos años se comienza a ver una pequeña luz , no al final, sino al principio del túnel, dado que el camino aún es largo y no exento de acechanzas.
Quizás pueda existir la voluntad recíproca de encontrar una salida al conflicto, pero eso provendrá de los sectores moderados de uno y otro bando, ya que mientras continúen teniendo influencia y poder los sectores radicales del oficialismo enquistados en el gobierno, tendrán mor meta el sabotear cualquier intento de negociación. Demostrar que esa probable mayoría simple en la Asamblea Nacional pretende desbaratar los ´´logros´´ de la revolución ; combatir los proyectos legislativos que a su juicio despidan el hedor de la ´´oligarquía apátrida´´ ; y sobre todo, mientras se ponga en peligro la estructura de poder que gira alrededor del señor Cabello y sus compañeros de viaje y particularmente se pretenda malograr el ´´poder´´ del presidente Maduro en su indisoluble alianza con los hermanos Castro Ruz y los intereses cubanos, vamos a ver mayores abusos de poder y provocaciones insólitas, acompañadas de actos barbáricos mayores a los ya vistos.
Todo lo anterior queda tácitamente expresado en el muy acertado enfoque del EDITORIAL de hoy y en especial en su penúltimo párrafo donde se resume asertivamente a que nos enfrentaremos y como el objetivo central de la oposición será buscar las vías que pudiesen permitir un intento de asentar las bases de una sana NEGOCIACIÓN que nos lleve a algún lado. Mientras que el juego previsible del gobierno, será impedirlo a como de lugar, empleando todas las armas disponibles y las ventajas comparativas que da el usufructuar un poder casi absoluto. LAS VERDADERAS DIFICULTADES, APENAS ESTÁN POR COMENZAR.
* por meta