El periplo ¿de quién?
Poco a poco, se van disipando las brumas en torno al viaje del capo mayor a la capital de Kazajstán, en el Asia Central.
El propósito primordial era asistir a la primera Cumbre Islámica sobre Ciencia y Tecnología, que tuvo lugar con motivo de la clausura de la EXPO 2017 de Astaná, cuyo tema era Energía del Futuro, a la cual por cierto el régimen fue invitado y se comprometió a participar desde el año pasado, pero no debe haber cumplido su promesa, pues nada se sabe al respecto, ni el capo viajero ha hecho mención alguna.
A la Cumbre Islámica no invitaron en realidad al chavistoide, sino al Presidente del Movimiento No Alineado, condición que compró al financiar la desastrosa Cumbre de Margarita de septiembre pasado y cómo sería su fracaso, que todavía no se conoce la lista oficial de participantes.
En el plano bilateral, se entrevistó con el Presidente Erdogan con quien se había reunido en Turquía en octubre de 2016, cuando anunció que el mercado petrolero se estabilizaría en seis meses y con el Presidente de Irán, pero al parecer Hasán Rouhaní tiene una política con matices distintos a los del compinche del líder difunto. La reunión más importante ha debido ser con el Alto Representante de Arabia Saudita, si era cierto que tenía en mientes hablar sobre precios del petróleo; pero a lo mejor el del Reino no estaría muy ansioso de conversar con el chavistoide. Por supuesto, también hubo un encuentro, como dicta el protocolo, con el veterano Presidente anfitrión, quien se ha mantenido aferrado al poder por más de treinta años.
El viaje incluyó escalas en Argelia, donde se entrevistó con el Presidente del Consejo de la Nación y ahora podemos respirar más tranquilos, pues se anunció que pronto nos visitará una delegación de empresarios inversionistas argelinos “para seguir articulando la agenda económica bolivariana, para el apoyo del mundo a los 15 motores”. Cualquier cosa que ello signifique, habría que acotar que el sistema económico argelino no facilita inversiones en el exterior, las cuales en definitiva dependen del gobierno, que además no está precisamente muy boyante y, en el plano interno, está en los últimos lugares entre los que facilitan negocios a extranjeros.
Así pues, en esa tesitura concluyó este periplo, en el que el nombre de nuestro país no figuró, como lo confirma el letrero tras el cual se sentó el capo en la reunión de Astaná, en el que aparecía únicamente el nombre del Movimiento No Alineado.
En nuestro idioma existen varios apelativos para los que intervienen en un acto por encargo de otro, pero aparentando obrar por cuenta propia; seguramente no será difícil encontrar vocablos aplicables a este escuálido pero costoso viaje.
Pero, por sobre los recovecos de la tutelada diplomacia del régimen y haciendo gala de su sempiterno afán por retorcer la historia, el periplo del capo chavistoide a la Cumbre Islámica, se transformará inexorablemente en otro más de sus rotundos triunfos en la escena internacional.
