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El Realismo Trágico venezolano

Dos décadas llevamos los venezolanos observando como esa entelequia que llaman Revolución Bolivariana y Socialismo del Siglo XXI ha venido ensayando experimentos, inventos, ha impulsado una serie de tomas de decisiones y sobre todo han intentado conformar un modelo político, económico, ideológico no sólo inviable en el tiempo, contrario a la globalización, el desarrollo, el progreso y mercado, además en total contradicción con la vigencia del Estado de derecho, el régimen de libertades, el desarrollo sustentable, la ecología, la biodiversidad y el medio ambiente, un modelo y decisiones tomadas por un grupejo que se apodero del poder desde 1998.

Lo más lamentable de este ensayo revolucionario durante estas dos décadas es que las actuaciones, planificaciones y decisiones de este grupejo en el poder se expresan en desastres, daños, calamidades, padecimientos. Las ilusiones de los primeros años se esfumaron, las esperanzas de acabar con la pobreza, la palabra empeñada del comandante Chávez de terminar con la corrupción, convertir a Venezuela en un país potencia y de liderato en lo económico, tecnológico, energético, en la salud, seguridad y educación es una promesa que no se cumplió y se desvaneció.

La revolución bolivariana se fracturo, se torció y mutó no hay concatenación entre los planteamientos de finales de los años noventa y lo visto en escena. Y la historia pudo ser otra porque recibieron no sólo un país próspero, rico, un país y economía sólida, una Pdvsa en azul, en positivo con producción sobre los 3 millones de barriles diarios, una Corpolec que llegó a ser modelo en América Latina por su gerencia, eficiencia y calidad de los servicios, nuestro Banco Central de Venezuela de larga prosapia y tradición gerencial como ente emisor fue convertido en una especie de gran pulpería hoy ocupado por ignorantes, inexpertos y sargentos, las misiones nacieron como un paralelismo y paliativo coyuntural y temporal frente a la ineficiencia e incapacidad de algunos ministerios, décadas después no lograron su objetivo sino que han terminado en manejos irregulares y proselitismo, ni hablar de los fundos, campos, empresas, fábricas y otras tomadas por el gobierno y hoy asoladas, sin producir absolutamente nada.

En toda la historia electoral latinoamericana y venezolana no hay un antecedente de un organismo y poder electoral con tanta opacidad, señalamientos y objeciones a su proceder como ocurre con el Consejo Nacional Electoral de Venezuela. Si hablamos de la Fiscalía General de la Republica y la Contraloría General de la Republica sus actuaciones son más políticas que apegadas a derecho y a la Constitucionalidad. El Estado Federal Descentralizado es una idea expresada en la Constitución Bolivariana de Venezuela en su artículo 4to que fue truncada y lo que tenemos es una recentralización del Estado contraviniendo no sólo la Constitución sino los logros que tuvimos desde 1989.

En lo que respecta a los militares esta jauría se apropió de toda la administración pública, el servicio exterior, las gobernaciones, los ministerios, las patentes, Corpolec, Pdvsa y demás, luego de la transición, tendrán que volver a los cuarteles y nunca más salir, y eso si volver a hacer lo que no han hecho, es decir, reguardar nuestra soberanía y servir a la Nación no a Chávez, ni a Maduro ni al Psuv porque ustedes no deben tener apellido, ni militancia sencillamente deben servir a la Nación. El TSJ lo que menos ha hecho es garantizar la legalidad y constitucionalidad y no es casualidad no puede cumplir su misión constitucional e institucional porque fue integrado por personas con unos perfiles no precisamente aptos y cumpliendo las exigencias de los cargos ocupados por militantes de un partido político.

Lo que padecemos los venezolanos hoy no tiene absolutamente ninguna relación con las ideas del teniente coronel Chávez Frías y menos aún el desastre de gestión del llamado presidente obrero. Lo que acontece en nuestra Venezuela contemporánea ciertamente por donde se le mire, analice y describa, no es nada grato, humano, glorifico, todo lo contrario, se juntan exceso de situaciones en las que “todos” y algunos más que otros sufren las inclemencias de un gobierno literal y profundamente indolente, irresponsable, insensible con las grandes mayorías, con los ancianos, con los niños, con los jóvenes universitarios y demás. Nadie se salva de esta horrenda crisis porque la misma es transversal y nos afecta y trastoca a todos.

En Venezuela se volvió un lujo comer, dormir en paz, se volvió un lujo el que una mujer dé a luz ya sea en parto normal o por cesárea, se volvió algo inalcanzable poder estudiar en cualquier universalidad publica de Venezuela teniendo matrícula gratuita, tener un seguro HCM es como comprar un vehículo o hacer una fiesta de grado o matrimonio sencillamente un privilegio sumamente escaso, pero también se volvió un dolor de cabeza casi inalcanzable poder cambiar aceite y filtro, o hacerle frenos al carro ni hablar de comprarle cauchos ni siquiera chivas, y la lista sigue a lo más sencillo como hacer un desayuno, un simple café con leche es casi un logro de la ciencia al lograr ubicar leche, café y azúcar, para una mujer acceder a un cepillo de diente, crema dental, un jabón de tocador , toallas sanitarias y un tinte es casi como un regalo que incluye niño Jesús o navidad, reyes magos y día de la madre.

No estoy refiriéndome a cosas suntuarias, a exquisiteces, a joyas, viajes y demás cuestiones que en cualquier país son “normales” ya hacer unos perros calientes representa un dolor de cabeza por ubicar los ingredientes escasos y además caros, sume salchichas, papitas, salsas, maíz y el pan y vera que se lleva el sueldo y cesta ticket hacerlos y que pasa el resto de semana o mes no se come, no se toma café, no se moviliza la gente. No hay perdón de Dios para haber hecho de un país inmensamente rico, inmensamente pobre y haber llevado a millones de venezolanos a vivir el infierno y someterlos a una agonía diurna y nocturna.

No quiero cerrar pesimista , si optimista y sobre todo realista … no hay manera de que este desorden y caos prospere y se mantenga, pero para que los cambios se den hace falta pueblo, comunidad, ciudadanos y más ciudadanos no súbditos ni serviles. Este país merece una oportunidad y ojala aprendamos que la democracia se mejora únicamente con más y mejor democracia, con instituciones, procedimientos, ciudadanos, división de poderes públicos, controles y limites, imperio de la Ley pero por sobre todo aprendamos todos a no volver a creer en espejismos, promesas de carretera y destellos, y asimilemos los hechos, las realidades y resultados del realismo trágico venezolano. Que la semana mayor permita a la sociedad venezolana reflexionar, meditar y reencontrase en torno a metas loables.

 

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