Ellos también sufren
Hay verdades que no se pueden, ni deben negarse aunque sean muy tristes. Esta tierra nuestra que tan generosa ha sido con sus hijos, siempre ha sido maltratada por la gran mayoría de ellos. Sencillamente mucha gente carece de conciencia ciudadana en lo que a naturaleza se refiere o de buenas maneras ciudadanas se trata. A una buena proporción de la población nunca le ha importado tirar papeles y basura en las calles, tumbar árboles, destrozar los columpios y otros aparatos para la distracción de los menores , sin darse cuenta al parecer que al echar a perder un equipo que sirve para su recreación, es a ellos a quienes están perjudicando. La gente destroza las matas, bota basura en el piso, las instalaciones sanitarias son echadas a perder. En perjuicio de todos los usuarios y a sí mismos. ¿A quién le gusta un baño sucio?
Recuerdo que después de una Semana Santa pase por “Los totumos”, playa en el edo. Miranda mi tristeza no pudo ser mayor al ver la arena y el mar cubiertos con tantos desperdicios que era imposible disfrutar del paisaje. Los lugareños y guarda parques de la Gran Sabana se quejan y reclaman que los turistas la destrozan cuando la cruzan con sus camionetas “Todo terreno” llevándose todo por delante. Cuando veo la invasión creciente de El Ávila, sobre todo por el lado de La Guaira veo con horror que mi cerro pierde vida. La matanza de chigüiros me causa un dolor inmenso El maltrato y engaño del que son víctimas nuestras tribus indígenas tanto en la Guajira como en Sureste venezolano, la expulsión de sus territorios, sometidos al hambre y la miseria, verse obligados a mendigar y muriendo de SIDA o de adicción a drogas.
La degradación de nuestra Guayana, la codicia que ha despertado el Arco Minero del Orinoco o el Coltan en Borburata, que demuestran que es más importante para los militares de este país permitir por parte de empresas extranjeras, muchas provenientes de países democráticos, que cuando de extracción de oro, coltan y otros metales se trata, dejarlos hacer, ya que con ellos se lucran olvidando convenientemente la moral y a la patria que juraron defender.
En la Venezuela traicionada de hoy en día hay otros seres vivientes que también sufren profundamente: son los pobres animales que después de haber sido sacados de su medio ambiente natural y llevados a un zoológico en el que como mínimo tendrían asegurada su alimentación, un espacio limitado pero limpio en donde podían vivir y un celador pendiente de su atención., padecen los rigores de la crisis que también llego al zoológico. Hace como un año recibí una solicitud de apoyo para que el Zoológico de la ciudad de San Cristóbal. Edo. Táchira recibiera donaciones ya que no tenía fondos para alimentar a los animales, de hecho una pareja de leones estaba muriéndose de hambre. Al día siguiente ya la leona había muerto por esa causa. La semana pasada en un reportaje sobre el Zoológico de Caricuao en Caracas, se reportaba que 50 animales de diferentes especies (algunos de ellos en peligro de extinción) habían muerto de hambre. Las celdas estaban sucias, el agua verde, los animales solo comían alguna que otra fruta.
La foto del león tirado en el piso no podía ser más expresiva, su mirada era de una tristeza infinita, no tenía fuerza ni para pararse. Los celadores no se atrevían a hablar, ellos mismos pasan hambre y dependen de un salario que de perderlo los llevaría a ellos y sus respectivas familias a la misma situación del león.
La miseria con la que el régimen de Maduro y su corte de militares traidores a la patria han llevado a las familias a tener que tirar a la calle a sus mascotas. Los perros deambulan famélicos por las calles, compiten con los seres humanos por las sobras de comida en los basureros. Con los gatos por las ratas y así la cadena de hambre se extiende llevando siempre las de perder. Los burros y caballos son “cazados”, sacrificados y vendidos como carne de res.
Camión que vaya cargado con chivos, gallinas, vacas, cochinos, corre el peligro de ser asaltado y los animales sacrificados en forma brutal.
Pobre Venezuela mía, que castigo tan grande te ha sido infligido tanto a ti como a tus hijos por una “revolución involucionaria.”.
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