En la UCV se encendió la luz de la esperanza
Cuenta la leyenda que cuando Pandora abrió la caja que Zeus le había confiado, liberó todos los males del mundo, pero en el fondo había quedado algo de mucho valor, la esperanza.
En nuestro país llevamos ya demasiados años acosados por todos los males imaginables y no veíamos cómo hacer renacer la esperanza, después de haber sido tan golpeados por un régimen inmisericorde. Pero ayer, en la Casa que Vence a la Sombra, en su Aula Magna, la esperanza renació en el alma de todos los que presenciaron un acto de unidad que el pais reclamaba a viva voz.
Acompañados por las notas del himno nacional, interpretado por el Orfeón Universitario, y otras canciones que despertaron el sentimiento de la más profunda venezolanidad, hablaron casi al unísono los representantes de los principales factores de la sociedad civil, autoridades universitarias, iglesia católica, estudiantes, obreros, empresariado, familiares de las víctimas asesinadas en las protestas pacíficas del año pasado y prácticamente todos los sectores de nuestra sociedad, el petrolero, el productivo, salud, educación, medios de comunicación, vecinos, chavismo…
El tema que prevaleció fue que la Venezuela democrática no se rinde y que está dispuesta a luchar unidas para recuperar la institucionalidad perdida, que no está dispuesta a someterse a las arbitrariedades del gobierno y la ANC y que desea participar en elecciones, pero siempre que estas sean limpias, justas y transparentes y conforme a lo establecido en la Constitución y la ley.
Este evento no será un hecho aislado, es el inicio de un camino, no sabemos qué tan largo, pero sí seguro; en el que todos los venezolanos de buena voluntad marcharemos unidos hasta lograr el cambio tan necesario para asegurar la reconciliación nacional y recrear las condiciones necesarias para poder vivir en paz, en un país que ofrezca oportunidad y futuro a todos y que permita que los que tuvieron que irse retornen y nos ayuden a hacer de esta patria un lugar de esperanza y progreso, y volvamos a merecernos la calificación que algún día nos dieron, de ser la Tierra de Gracia.