El Editorial

En materia de salud pública no vale el silencio

La situación en nuestro país de las enfermedades infectocontagiosas es preocupante, pero lo es más aún la pretensión del régimen de silenciar la información y de acusar a los que informen la realidad de los hechos de ser desestabilizadores.

La salud pública no es un monopolio público es una tarea que concierne a todos los venezolanos a distintos niveles que van desde el estado hasta los municipios y en el que ejerce un rol fundamental el sector privado.

El intento de replicar modelos obsoletos de centralización de la medicina en el gobierno central ha sido un fracaso notorio del régimen. La pregunta que se debe hacer es que acaso ha mejorado la atención a la salud  de los ciudadanos al quitarle, por ejemplo, los ambulatorios a la gobernación del estado Miranda, por el simple hecho de que Henrique Capriles les ganó las elecciones.

Para erradicar los efectos de enfermases contagiosas transmitidas esencialmente por zancudos se requiere amplia información, pero sobre todo absoluta cooperación entre el sector público y el privado y entre el gobierno central y todas las instancias de los poderes regionales.

La pretendida centralización de toda la información en el ministerio de sanidad no solo es un error sino una estupidez porque por decreto no se detienen las epidemias.

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Un comentario

  1. La verdad verdadera es que quien quiera morir joven , basta que se deje tratar en un hospital público administrado por el Estado, y es que si no es por falta de insumos son los médicos cubanos y sino, los médicos socialistas que parecen graduados en cursos por correspondencia. Y tanto es así, que el público prefiere ir a los hospitales privados aunque cobren unos honorarios profesionales que en modo alguno quedan cubiertos con un salario mínimo. Pero, la gente prefiere no comer, ni pagar los servicios básicos, ni nada de ningún gasto extra antes que caer en los servicios públicos de salud ; lo que ha traído como consecuencia una saturación en las clínicas y hospitales privados que por los mismos problemas de insumos, divisas y todo lo demás que conocemos, se han ido deteriorando, al punto que ya parecen ´´ mercados persas ´´.

    Hace años se perdió aquella mentalidad sanitarista de prevención y control de enfermedades infecto – contagiosas propia de los trópicos y es que si funcionaba la cooperación entre lo público y lo privado dentro de un modelo descentralizado y de asistencia recíproca. Ahora no, con el agravante de que el sesgo político condiciona cualquier decisión en materia de salud con lo que a la hora de la verdad, quien sale perdiendo es el pueblo, el consumidor final que al fin y al cabo, es quien paga de su bolsillo el tratamiento de su enfermedad y que es el eslabón mas débil de la cadena.

    ¿Quien podía pensar hace unos meses que en materia de prevención los venezolanos tengamos que estar untandonos con menjurjes caseros para que un vulgar zancudo no nos lleve a la tumba prematuramente ?. Eso parece cosa de ciencia ficción y no de un gobierno revolucionario que nos promete ser una ´´potencia´´…cualquier día de estos, pero no dice de que año o siglo. Y es que hablemos claro, esta experiencia histórica es y ha sido un chasco que ni sirve ni funciona , y donde salir de ellos ya es una cuestión de supervivencia hasta física. El problema es que están decididos a no irse, pero entre mas tiempo pase mayor será el deterioro en la calidad de vida de todos los venezolanos y si hay algo importante es la salud, aunque los dispensadores de tal servicio no tengan idea de con qué se come eso. Reaccionamos o morimos, sino de mengua, si por cualquier patología por insignificante que paresca.

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