Experiencias positivas que se agradecen

A veces todo parece complicarse…Es en esos momentos cuando algunas veces tenemos la oportunidad de evidenciar cómo la actuación de otros puede facilitar los procesos.  Las acciones de otros pueden solucionar situaciones que están fuera de nuestro control.

Cuando nos encontramos con gente práctica, ejecutiva, eficiente y con ganas de ayudar, debemos agradecerlo.  Eso es justamente lo que estoy haciendo hoy, al escribir este artículo y compartir mi experiencia, agradeciendo a la Dra. Trinidad Rivero de la Coordinación de Asuntos Fronterizos, Acuáticos y Aéreos Adscrita a la Dirección de Migración del SAIME (Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería).

Tenía un viaje largo planeado y aún no había logrado conseguir la visa que necesitaba para uno de los países que visitaría. Sabía que el pasaporte tenía que estar varios días hábiles en la Embajada del país en cuestión una vez aprobada la visa para que me la estamparan en el pasaporte.  Cumplir con los requisitos exigidos para la visa había resultado un poco más difícil de lo que había imaginado.  Había tenido que sacarme la foto que pedían 3 veces por exigencias que no se habían cumplido adecuadamente.  En fin, por el motivo que fuera, todo se había complicado.  Debía desprenderme de mi pasaporte venezolano por 5 días hábiles pero, en el interín, tenía que hacer otro viaje. Al regresar, contaría con 1 solo día para retirar mi pasaporte de la Embajada si me concedían la visa que estaba solicitando.

Me habían dicho que podía tener problemas si trataba de salir con mi otro pasaporte.  Sabía que era cierto porque podían exigirme que me identificara con mi pasaporte venezolano. No quería arriesgarme a tener problemas saliendo pero si no le entregaba mi pasaporte venezolano a la Embajada del país en cuestión, no obtendría la visa que necesitaba.  Alguien me comentó que debía ir al SAIME en el centro y tratar de obtener una carta que me permitiera identificarme con mi pasaporte extranjero.  Tenía un solo día para hacerlo y me preocupaba el tiempo que me tomaría tratar de obtener esa carta. Tenía un sin fin de diligencias y compromisos antes de salir de viaje.

Me dirigí al SAIME y al llegar expliqué mi situación.  Me dirigieron directamente al ascensor.  Al llegar al piso que me habían indicado, pensé que me tocaría esperar bastante porque había una serie de personas sentadas esperando.  Sin embargo, al acercarme a uno de los funcionarios y explicar mi caso, me dijeron que debía hablar con la Dra. Trinidad. Me había sorprendido gratamente la forma amable en la cual me habían dado los buenos días y me estaban atendiendo. Me dijeron que esperara un momento y me indicaron que la Dra. Trinidad era la persona que venía por el pasillo hacia mi. La Dra. Trinidad me saludó afable y me preguntó en qué me podía ayudar mientras regresaba conmigo por el mismo pasillo por el cual había venido hasta una oficina al final del pasillo.  Escuchó atentamente y me pidió una serie de documentos, incluyendo mis pasajes, copias de mis pasaportes y los formularios que estaba presentando para obtener mi visa. Revisó la documentación e instruyó a algunos de los funcionarios que se encontraban en la oficina. En menos de quince minutos me indicó que ya todo estaba listo y que no hacía falta ninguna carta ya que en el sistema aparecía que yo estaba autorizada para salir con mi pasaporte extranjero.  No conforme con eso, me dio su número de celular diciéndome que si en el aeropuerto tenía cualquier problema, la llamara directamente para que ella pudiera confirmar que efectivamente yo estaba autorizada para salir con un pasaporte distinto al venezolano. Le agradecí a la Dra. Trinidad y a todo su equipo su eficiencia y su capacidad para resolver prontamente una situación que de no haber sido manejada tan diligentemente hubiera creado una serie de inconvenientes que yo no hubiera logrado resolver y que me hubieran complicado innecesariamente todos los planes.  Le dije que escribiría sobre ello.

Creo que es necesario hablar cuando las cosas no funcionan y creo que es igualmente importante compartir y agradecer experiencias positivas como la que yo experimenté en la Coordinación de Asuntos Fronterizos, Acuáticos y Aéreos Adscrita a la Dirección de Migración del SAIME. La Dra. Trinidad Rivero y su equipo, en el caso que describo, prestaron un servicio de calidad y de corazón lo agradezco públicamente. Los funcionarios públicos tienen como misión servir a los ciudadanos.  Ojalá siempre todos recordemos que servir a otros es un servicio que nos hacemos a nosotros mismos.