El EditorialOpinión

¡Feliz año! y pronto regreso

Hay un poco de Venezuela en todo el mundo, la diáspora ha dejado un poco de tradición en cada hogar lejano de Venezuela.

Las hallacas, el pan de jamón, el pernil y la ensalada de gallina deslumbran en la mesa donde otras son las costumbres. El nacimiento al pie del árbol o un lugar privilegiado de la casa también serán diferentes, así como las gaitas y seguramente un cuatro que sonarán con nuestra historia y la alegría que significó el estar todos unidos en un mismo país.

En este 2017, que no ha sido sino la suma de años en declive, se ha notado más la ausencia y se ha extrañado como nunca a las familias reunidas alrededor de una mesa y no a través de un computador, como ahora se volvió tradición entre los venezolanos.

Para quienes se quedaron, para quienes se fueron, el sentir es el mismo. Hay un anhelo de paz, de justicia, de libertad… de recuperar lo que fuimos, de reírnos a pesar de la adversidad y de abrazarnos siempre, especialmente en Navidad y Año Nuevo.

¡Feliz Año! Para quienes se quedaron, ¡Feliz año! para quienes se fueron. El sentimiento de amor es el mismo, estemos donde estemos siempre llevaremos en nuestros corazones ese país bonito que nos formó y nos vio nacer. Ese país que hoy arroja a su juventud al mundo para que brille.

Este 31 de diciembre cierra con un anhelo: el que nuestra tierra vuelva a ser próspera, libre, segura y feliz. Ojalá quienes ya no están hoy puedan volver, a quedarse o de visita, pero que puedan tocar nuevamente su casa y recobrar ese diciembre parrandero.

Lejanos

Hay un pedazo de mi vida afuera
Mordiendo latitudes, allende sus fronteras;
Hay un pedazo de la patria afuera
Pescando el horizonte de la paz que quisiera.
Hay una vida que reclama vida, paz y libertad
Añorando el afecto, invitado perfecto que duele en soledad.
Hay un pedazo afuera, que es tan mio que el alma me conmueve
Que se vuelve nostalgia las tardes cuando llueve
Que amanece radiante como el sol que lo alumbra
Y diluye en la ausencia; pedazos de penumbra
Hay un hijo de todos, que tantos ven partir,
Que parece ante el mundo que quisieran huir…
Solo emigran en busca del refugio seguro
De algún país ajeno que le ofrezca futuro.
… y en los fríos inviernos, lejano y aterido
La Navidad distinta al diciembre querido
Oyendo villancicos en un distinto idioma
Hacen brotar furtiva la lágrima que asoma
Hay un hijo de todos que la crueldad ignora
La diáspora insensata que la justicia implora
Esperando con ansias que ese destierro atroz
Se vuelva patria nueva por la gracia de Dios
Y ser libres de nuevo reafirmando su esencia
Que el hogar redimido reclame su presencia
Que el regreso a la patria tenga color de escuela
Amarillo, azul y rojo…color de Venezuela;
¡Hay un hijo lejano! ¡Mi razón, mi tesoro!
¡La joya más valiosa de las joyas que adoro!
Él sabe que en mis rezos la Virgen lo acompaña
Porque cuida sus pasos…; ¡porque también lo extraña!

Ibrahim Bracho
Poeta Margariteño

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