La coherencia nos hará libres
Como sociedad parecemos cada vez más distantes de sentir, pensar, decir y hacer lo mismo. Estos cuatro verbos en armonía resultan en una actitud lógica, congruente y que genera resultados placenteros, como una dulce melodía. Por el contrario, si cada uno suena a un ritmo diferente, las consecuencias serían castastróficas, es un sonido que nadie querría escuchar.
Si lo que sentimos es diferente a lo que pensamos, que tampoco es igual a lo que decimos y ninguna de las anteriores a lo que finalmente terminamos haciendo, no lograremos los objetivos que tenemos como sociedad. ¿Y no es la sociedad un conjunto de individuos que comparten creencias y costumbres? ¿Entonces, somos los individuos que convivimos en esta sociedad los que hemos olvidado la congruencia?
El creyente que va a misa los domingos, reza en comunidad, comulga, y al cruzar la puerta del templo se devora con palabras a su prójimo: ¿es coherente?
Esta época del año es propicia para reflexionar sobre la trascendencia de la coherencia.
La coherencia nos hará libres.