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La verdad alternativa: La democracia en época de postverdades

En el 2016 tras las elecciones norteamericanas, se realizó en Estados Unidos una investigación de los votantes cuyo objetivo era entender cómo se asumía la información política. Para esta investigación usaron algunas de las afirmaciones más polémicas de Donald Trump frente a un grupo de republicanos y demócratas arrojando estos resultados:

  • Cuando se les comentaba que la afirmación era del candidato republicano, los entrevistados del mismo partido creían aún más en la noticia y los demócratas menos, esto en comparación que cuando no se les mencionada la autoría
  • Cuando se contrastó las afirmaciones de Trump con la realidad, algunos de los demócratas redujeron su credibilidad frente las afirmaciones, pero no se redujo la preferencia a Trump. En cambio, se reforzó la animadversión al candidato en el caso demócrata.

Es decir, los cambios de creencia tuvieron más que ver con su percepción individual del candidato más que con la información política, de hecho, dar una explicación de la realidad tuvo muy poco impacto en sus preferencias políticas. Este fenómeno no es exclusivo de Los Estados Unidos de Norteamérica, este bajo costo político para las ambigüedades fue un eje recurrente en las mayorías de los eventos electorales alrededor del mundo el año 2016. Con este poco valor a los hechos, surgen dudas sobre el destino de la democracia y la ética de nuestros políticos

Las ideas modernas y occidentales de la democracia están supeditadas a la idea de la racionalidad. Es por ello que estas evidencias golpean nuestras nociones sobre el funcionamiento de la política. Sin embargo, muchos estudios evidencian que la razón, en última instancia, funge de aval para justificar las decisiones emocionales y que son éstas últimas las que en realidad dominan nuestras preferencias políticas. Ello no quiere decir que sean erradas, sólo pone de manifiesto que nuestras decisiones están altamente influenciadas por aquello con lo que nos identificamos e ilusiona y evitamos aquello que nos molesta o le tememos por desconocimiento. La política y los políticos debemos entender que las ideas sin capacidad de ilusión, carecen de arrastre.

Sin embargo, es innegable el bajo costo político de las mentiras, pone frente a un gran desafío a los sistemas democráticos. Los populismos del siglo XXI, Las elecciones norteamericanas, así como el ascenso de los populismos europeos, nos deja claro que, en cualquier país, si existe la oportunidad política, pueden emerger líderes carismáticos con maestría retórica que logren seducir a la audiencia con verdades a media o discursos empáticos pero carentes de contenido real.

Pero tales lideres no aparecen de la nada, sus apariciones siempre son la consecuencia de sistemas políticos que no han logrado resolver los problemas que afectan a su ciudadanía y los han decepcionado.  Por otro lado, la contención y la mesura de éstos, una vez en el poder, está determinado, por la capacidad de los poderes públicos de hacer contrapesos.

Es por ello que resulta vital la preocupación, defensa y reforzamiento de las instituciones ya que su buen funcionamiento puede dirimir los diversos disensos en la ciudadanía, representar a los diferentes grupos sociales, contener los diferentes poderes y alternar los diferentes liderazgos.

La post verdad, cómo la acuñó el diccionario De Oxford, es parte de un fenómeno con más aristas donde además la decepción ciudadana juega un papel fundamental. Los ciudadanos están ansiosos de ser escuchados, motivados y llevados a una sociedad donde sus necesidades sean satisfechas y votarán a quien se los garantice. El desafío es garantizar que es sistema político haga viable este modelo de sociedad donde los ciudadanos ejerzan además las veces de contralores de los poderes y de sus dirigentes donde la “mentira” pierda valor como estrategia para ganar el poder.

Esto supone un reto superior, ya que el grado de insatisfacción con los resultados de políticas previas abren espacios a la proliferación de estos “mesías” políticos, que ven un nicho donde empoderarse con ofertas engañosas a fin de ganar adeptos y su apoyo condicional.

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